¿Cómo se reciclan los vidrios recuperados con la separación de residuos?

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Una botella tarda más de 4.000 años en degradarse. Pero si se recupera, puede reciclarse sin límites y volver al mercado, reduciendo el impacto ambiental. Te contamos qué ocurre con tus vidrios después de dejarlos en el cesto y cómo se transforman en envases, artículos de bazar o insumos hospitalarios.

Según el Estudio de Calidad de los Residuos Sólidos Urbanos elaborado por Iatasa Ingeniería en 2010, el 5,58 por ciento de los residuos que genera la ciudad, son vidrios. Es un material reciclable en su totalidad, por infinidad de oportunidades, que si no se recupera puede permanecer en el ambiente por miles de años antes de degradarse. Por eso es importante la concientización y la implementación de políticas públicas que promuevan la separación en origen y la recuperación.

En Bariloche, el Municipio brinda el servicio de recolección diferenciada y traslada el material desde hogares y comercios hasta la planta de clasificación de la comuna. Allí, la Asociación de Recicladores Bariloche (ARB) acopia los diferentes materiales, prensando y enfardando algunos, triturando o peletizando otros. En el caso de los vidrios, se cargan en camiones y se destruyen para eliminar volumen, ya que el material se vende por peso, no por unidad.

Las últimas cargas fueron enviadas a Mendoza, para ser recicladas en la planta de Cattorini Hnos, e incluyeron los más de 2.000 kilogramos de vidrios reunidos en Las Quintas, Los Coihues y grandes generadores, en el marco del programa Bariloche RECICLA que coordina la Dirección General de Gobierno Abierto del Municipio con la Fundación Delterra.

Los camiones, que cargan aproximadamente entre 21.000 y 28.000 kilogramos de vidrios, disponen el material en el predio mendocino, donde es lavado y triturado. Luego, se sube a los silos -cilindros gigantes-, junto a todas las materias primas necesarias. La mezcla ingresa a un horno que trabaja a 1.500°C, se funde, sale por los canales de distribución y el vidrio líquido se fracciona garantizando que el gramaje sea el exacto para la capacidad que debe contener cada botella. Si se agregara más material, la botella tendría menor capacidad, perjudicando al consumidor.

Las gotas caen en los moldes, se forman las botellas y pasan al archa, donde se someten a una reducción gradual de temperatura -que inicia en 550°C y baja a 100°C- durante una hora, logrando homogeneizar las tensiones y endurecerse. Finalmente, superan una instancia de control electrónico de calidad, para luego ser enviadas a las bodegas y ser reintroducidas al mercado en la industria vitivinícola.

La empresa también tiene un horno en San Juan, y forma parte de una fábrica de vidrio en Berazategui, donde se producen ampollas para inyecciones, frascos farmacológicos, envases para perfumería, artículos de bazar, entre otros. Elementos con los que convivimos cotidianamente, dándole una nueva vida a un residuo, a través del reciclaje.

La separación de residuos en el hogar es el primer y fundamental eslabón de esta cadena para preservar el ambiente. Con promotores ambientales en las calles, material explicativo, campañas de concientización y un asistente virtual, la recolección diferenciada escalará próximamente a nuevos hogares.

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