Inspectores municipales fiscalizan diariamente el cumplimiento en cada local de los protocolos sanitarios. En algunos casos, los comercios cumplen, pero no sus clientes. Este miércoles se clausuró «Papagoonia» por no respetar las medidas de prevención y otras irregularidades.
La Secretaría de Fiscalización de la Municipalidad continúa con los operativos diarios para fiscalizar que en cada local de la ciudad se respeten los protocolos de prevención frente a la pandemia, tanto respecto de los comerciantes como de los clientes.
Tras meses de operativos, se ha encontrado que en la mayoría de los casos los comercios que han abierto sus puertas lo hacen siguiendo los protocolos establecidos para cada rubro y actividad, aunque se ha constatado casos puntuales en los que se detecta el incumplimiento de las medidas de prevención.
Tal es el caso de la cervecería Papagoonia, que este miércoles por la mañana sufrió la clausura de su local, tras la elaboración de un acta por varios incumplimientos respecto de las medidas obligatorias para proteger a trabajadores y clientes, sumado a otras irregularidades vinculadas a su habilitación.
“Realizamos continuamente estos operativos porque nuestra primera preocupación es la protección y la preservación de la salud de nuestros vecinos: de quienes consumen y de quienes venden”, explica Javier Fibiger, Secretario de Fiscalización del Municipio.
Según la experiencia de los inspectores municipales, en muchos casos la dificultad no reside en el cumplimiento de los protocolos por parte del comercio, sino por parte de los clientes, algo que se da con mayor frecuencia en el caso de bares y confiterías: personas que se niegan a completar el registro al ingresar, o no quieren hacerlo con tapabocas, o se enojan con los inspectores o los propios responsables del local cuando se los advierte por no estar respetando el distanciamiento social.
“La mayoría de los comercios respeta las medidas -señala Fibiger-, porque saben que la fiscalización es permanente, pero también por responsabilidad social y para cuidar a sus clientes. Pero necesitamos que tanto la comunidad como los locales sepan que el peligro no ha pasado, que tenemos que cuidarnos para preservar la vida de los barilochenses”.