Sin duda ninguna Prócer con todas las letras de la historia patria de los argentinos y la América del Sur, sin embargo tuvo que luchar poco menos en dos frentes siempre, contra el enemigo español, confeso y temible, al que derrotara siempre con sus montoneras gauchas, y la envidia de sus vecinos salteños “acomodados” que nunca perdonaron al Caudillo su valentía y éxitos contra el enemigo español, con quienes esa “clase” nunca dejara de tener relaciones, incluso contra el interés patrio.
Güemes había luchado y vencido al invasor ingles en Buenos Aires, incluso, sometiendo a una fragata inglesa varada por la bajada del Rio de la Plata con una tropa nacional que logro rendirla.
Amigo y admirador en sus causas de Belgrano y San Martin, que admiraban su coraje, les escribió harto del enemigo interno. Rondeau, principalmente y sus amigos porteños “Hace Ud. Muy bien en reírse de los doctores; sus vocinglerías se las lleva el viento.
Mis afanes y desvelos no tienen más objeto que el bien general y en esta inteligencia no hago caso de todos esos malvados que tratan de dividirnos. Así pues, trabajemos con empeño y tesón, que si las generaciones presentes nos son ingratas, las futuras venerarán nuestra memoria, que es la recompensa que deben esperar los patriotas”.