Maratón Cultural en Bariloche

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Lo que más añora un artista es volver a presentarse en un escenario, tener las luces, el aplauso de la gente, la calidez. Fue un regalo muy grande y estamos muy agradecidos», expresó la bailarina Guillermina Ramonda a la Gobernadora Arabela Carreras y el secretario de Estado de Cultura Ariel Ávalos, durante la Maratón Cultural en Bariloche.

La emoción de Guillermina no es para menos: junto a Gustavo Núñez, su pareja de la vida y el tango, trabajaron con éxito durante 18 años seguidos como bailarines, alternando shows y clases de baile, y presentaciones en Bariloche y otros lugares, hasta que la pandemia les cerró todas las puertas.

El Gobierno de Río Negro organizó capacitaciones para 90 hacedores culturales de Bariloche, que formaron parte este fin de semana de la Maratón Cultural en el teatro La Baita, y Guillermina agradeció en nombre de todos los artistas.

“La pandemia nos afectó muy duro, y en la rama del arte más aún, todos los artistas sufrimos esto. Para nosotros que nos dedicamos pura y exclusivamente al baile fue terrible, porque de pronto por algo a que azotó de golpe a todo el mundo, sin esperarlo, se cerró el telón, y fue muy duro realmente”, expresó la bailarina.

Dijo que fue un “regalo” para los artistas el evento programado por la Secretaría de Estado de Cultura y consideró que las capacitaciones “fueron muy enriquecedoras, las charlas nos sirvieron de mucho”.

“Nos sentimos muy halagados y muy contenidos por todo lo que han armado en esta Maratón Cultural. Fue muy productivo y nos dieron la posibilidad de volver a bailar después de tantos meses, que es lo que más añora un artista, tener contacto con el público y sentir el aplauso. La capacitación en general fue muy buena, variada y realmente nos sirvió”, afirmó luego Guillermina.

Gustavo agregó que el COVID les trajo “un parate total”, luego de trabajar mucho tiempo en el hotel Llao Llao, donde además de bailar daban clases de tango a los pasajeros, y con una empresa que los llevó a otros establecimientos, como el Panamericano.

“Esa realidad se vio multiplicada a otros lugares en los que bailábamos, como restaurantes y espacios vinculados al turismo”, señaló, anticipando que enfrentan ahora la temporada baja “más larga” de la ciudad, hasta que julio vuelva a traer el público del invierno. “Veremos qué hacemos para ir subsistiendo, espectáculos y eventos dentro de lo posible”, expresó al respecto.

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