En Maquinchao, en el corazón de la Región Sur rionegrina, donde las distancias se hacen sentir tanto como el clima y hay que recorrer no menos de 280 kilómetros para llegar a una ciudad grande, hace poco menos de un año comenzó a gestarse un proyecto de mejoramiento habitacional, que ya tiene resultados visibles.
El capítulo más reciente de la historia ocurrió el pasado viernes 19, cuando 8 mujeres de la localidad recibieron el certificado por su participación en el curso de capacitación en construcción, dictado por integrantes de la Cooperativa constructora Raíces de San Carlos de Bariloche y articulado a través del Instituto de Planificación y Promoción de la Vivienda de Río Negro (IPPV).
Este curso se enmarca en el programa Mujeres Constructoras, que nació a partir de la inquietud de un grupo de vecinas de Maquinchao a principios de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 aún no trastocaba la vida.
En ese momento, Silvina Frías, la intendenta de esa pequeña comunidad de 4.000 habitantes ubicada a 550 kilómetros de Viedma, se reunió con funcionarios del IPPV y planteó la necesidad de erradicar las letrinas de las viviendas.
La arquitecta Inés Pérez Raventos, interventora del IPPV, explicó que “hace menos de un año, la intendenta Frías nos manifestó la preocupación por los vecinos que no tienen baño dentro de la casa, solo letrinas. Entonces nos pusimos a buscar la herramienta dentro del IPPV para abordar el problema y la indicada fue el programa Habitar, ya que se ejecuta a través de entidades intermedias. Y así nació dentro del Habitar el programa Mujer Constructora”. “El programa tiene como objetivo primordial, la erradicación de las letrinas en Maquinchao. Es la propuesta integral con la finalidad de eliminar los focos infecciosos que constituyen el no tener depuración de líquidos y conexión de agua dentro de la vivienda, algo tan preciado, abrir una canilla y que salga agua fría y caliente, algo que para nosotros es tan común y que en estos lugares es un valor agregado importante”, remarcó la funcionaria.
Vecinas con un espíritu incansable
Una vez definido el programa, el proyecto comenzó a marchar y se volvió imparable, con el espíritu incansable de las vecinas de la ciudad.
En este momento se están realizando trabajos en ocho viviendas. En la primera etapa se trabajó en la construcción de baños anexados a la casa y el proyecto incluye mejoras en las cocinas, instalación de todos los servicios, tanques de agua, luz, gas y refacción general de los hogares.
“El objetivo es terminar con los trabajos que están en ejecución en un plazo de 5 meses. Esta etapa es parte de un proyector mayor que implica a 32 viviendas”, indicó Pérez Raventos.
Natalia Cayunao es una vecina nacida y criada en la localidad y vive sola la mayor parte del año ya que su familia trabaja en el campo. Hace algunos años se quedó ciega y entre sus vecinos y la familia le adaptaron la casa con los recursos que disponían, para que pudiese desenvolverse. Por eso, para poder llegar a la letrina exterior Natalia utiliza como guía un alambre que le instalaron desde la casa hasta el baño, ubicado a unos 20 metros.
Cuando bajan las temperaturas y la nieve llega a los 60 centímetros, este recorrido se dificulta. A pedido de los vecinos, una de las primeras casas en las que se comenzó a trabajar mediante el programa “Mujeres Constructoras” fue la suya. Las clases de capacitación se realizaron allí, mientras se construía el baño y se realizaban distintas mejoras.
“Yo vivo sola, hasta que llegan los chicos que vienen del campo y se quedan dos o tres días acá y luego se van. Así que es lindo que terminen la casa, yo la necesito. Para mi es muy bueno todo lo que están haciendo, están haciendo la instalación para el baño, colocaron tirantes, va a ser muy bueno para mí”, contó muy emocionada la mujer.
“Este fue un programa testigo. Esperamos en marzo empezar con las otras viviendas completas. Las mujeres estuvieron de acuerdo en trabajar dentro de sus viviendas. Se constituyeron en dos cuadrillas y durante dos meses y medio se capacitaron en el oficio de la construcción para poder después las que quisieran seguir en el trabajo específico de la construcción y el mejoramiento de las viviendas”, explicó la interventora del IPPV.
La Intendenta Frías dijo que “este es un logro muy importante para la ciudad, para este grupo de 8 mujeres. Ellas ya tenían idea de construcción, pero era necesario formarlas en otros aspectos. Inés Pérez Raventos del IPPV nos pudo unir a todos en el objetivo de que las viviendas, a través del trabajo de estas mujeres, tengan el baño adentro. Hay una demanda muy importante de hombres y mujeres de la ciudad para poder capacitarse”.
Lilian Laure es una de las mujeres que participó del programa y que recibió su certificado el viernes, expresó que “se trata de una experiencia fabulosa. Para nosotras ha sido genial aprehender más. Sobretodo en este pueblito que se necesita tanto. Yo siempre fui ayudante albañil y se el sacrificio y el esfuerzo que hay que hacer para este trabajo, no es fácil, es cuestión de paciencia. La idea es seguir, vimos que podemos hacer más y lo haremos”.
Juan Gallardo, integrante de la Cooperativa Raíces de Bariloche, fue uno de los capacitadores del programa. Junto a compañeros de su cooperativa recorrieron durante dos meses y medio dos veces a la semana, martes y viernes, los 281 kilómetros que separan a Bariloche de Maquinchao, para dar las capacitaciones.
“La experiencia es muy gratificante. La voluntad y ansiedad de aprehender de ellas superó nuestras expectativas. Este proyecto de mejoramiento habitacional y erradicación de letrinas permite participar a las propietarias de las viviendas”.