La melisa, para alegrar y confortar el corazón

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Dra Sara Itkin,Médica MPRN 3474

A lo largo de la historia, la humanidad buscó alivio de sus penares en las plantas. A través de baños, de masajes con sus aceites y aromas, bebiendo diferentes brebajes, cultivándolas o sólo realizando una caminata por un bello, verde y florido lugar, ellas como grandes amigas reconfortan nuestra alma.
La melisa o toronjil es una hierba oriunda de la zona del Mediterráneo oriental. Su nombre científico es Melissa officinalis. Melisa proviene del griego “Melitta” que significa «abeja de la miel» en alusión a que dichos insectos se sienten atraídos por el abundante néctar de sus flores; y officinalis, hace referencia a que ya era «utilizada en farmacia» cuando Linneo (1707-1778), le puso su nombre. En la antigüedad, se cultivaba la melisa para alimentar a las abejas.
Crece bien, en nuestra zona de la patagonia andina, de semillas, por división de matas o por esqueje, aunque ésta última forma de propagación no es la más aconsejable ya que no favorecemos a la diversidad genética, la nueva planta hecha de esqueje es “un clon” de su antecesora.

Es una hierba vivaz, ésto significa que en los tiempos fríos pierde sus hojas para volver a brotar en la primavera, pero no muere la planta. Le gusta la humedad y media sombra, no soporta las heladas.
Llega a medir un poco más de medio metro de altura. Crece ramificada, con tallos erguidos cuadrangulares y vellosos. Sus hojas son rugosas y algo velludas, ovales y dentadas en el borde, de color verde oscuro y algo más claro por el envés.

En el verano aparecen sus flores, pequeñas y blancas. Toda la planta desprende un agradable aroma cítrico, similar al de las toronjas y de allí su nombre “toronjil”.
En el siglo X para el célebre médico árabe Avicena la melisa “tiene la admirable propiedad de alegrar y confortar el corazón”. Andrés de Laguna, médico y naturalista español (1499-1559) que tradujo al castellano la obra del médico griego Dioscórides dice de esta planta que: “Es util al estomago frio e humido, conforta la digestion, despierta el sentido, fortifica el coraçon y el celebro, quita toda tristeza, y temor procedente del humor melancolico, ataja las imaginaciones extrañas, despide los sueños horribles, y libra de toda perturbación de ánimo. Son tan amigas del toronjil  las abejas, que jamás huyen de las colmenas que se fregaren con él”.
En el año 1611 monjes franceses de la Congregación de los Carmelitas Descalzos crearon una bebida contra todo tipo de trastornos nerviosos, al que llamaron “agua para la histeria” para darle de beber a quienes padecían violentos cambios de carácter, nerviosismo, malhumor, tristeza y las alteraciones físicas resultantes como palpitaciones, malas digestiones, insomnio, entre muchas. Otros nombres que recibe es «Agua de melisa» , «Agua de toronjil» o “Agua del Carmen”.

Tanto se popularizó que en 1808 Napoleón ordenó cerrar todos los claustros a excepción de los monasterios carmelitas en consideración a los beneficios que reportaba a la República el “Agua del Carmen” que elaboraban.
Fue en en casa de la abuela Uberlinda, en el Barrio 258 Viviendas de Bariloche, que supe de la existencia del Agua del Carmen. La mayoría de las mujeres del barrio con las que me encontraba para compartir saberes y haceres sobre las plantas para la salud han nacido y vivido gran parte de sus vidas en Chile.

Me contaban que allí es muy común beber el “Agua del Carmen” en momentos de nerviosismo, en los desamores, en las tristezas que genera la pérdida de seres queridos y por ello en los velorios era común ofrecer el “Agua del Carmen” sobre un terrón de azúcar. Como a muchas de ellas se les hacía difícil viajar a Chile y pasaban muchos meses sin el preciado elixir, nos propusimos elaborarlo. Buscamos diferentes recetas hasta dar con una que nos satisfizo y así fue preparamos nuestro propio remedio para las penas.
Hoy revalorizo más que nunca éste preparado porque además de reconfortar el corazón, la melisa y las especias tienen propiedades antivirales e inmunoestimulantes (levantan y equilibran las defensas).
Ingredientes:
350cc de alcohol de cereales de 90·
150 cc de agua
100 gr de melisa fresca
5 gr de nuez moscada molida
10 gr de semillas de cilantro (coriandro)
10 gr de canela en rama
5 gr de clavo de olor
cáscara de 3 limones sin lo blanco (agroecológicos sería ideal).
Colocar  todas las hierbas en un frasco de boca ancha, agregar el alcohol y el agua, tapar, agitar. Guardar evitando la luz directa, macerar 15 días moviendo el frasco a diario. Pasado dicho tiempo se procede a colar utilizando un colador fino y gasas o tela fina y limpia para evitar el paso de las hierbas pulverizadas. Envasar en frascos de vidrio y si son oscuros, mejor. Ponerle el nombre y fecha de elaboración. Beber 20 gotas disueltas en un poquito de agua, 2 a 3 veces en el día.

 

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