Qué difícil es decirle adiós a una persona que se quiere y conoce de toda la vida. Y peor aún en su plenitud, porque asi se nos fue Araceli, con sus bromas de siempre y algo más de 40 años, viviendo casi su última década en constante combate con la adversidad, que supo superar siempre con ánimo ejemplar, condición que fue la constante de su vida, alegría por vivir y disfrutar sus logros.
Y vaya si los tuvo, con su compañero ejemplar Nicolás su esposo, y dos, pequeños hijos Lucas y Nina que la acompañaron junto a sus amigos de siempre, hermanados en su lucha desventajosa contra una enfermedad que no perdono su enorme esfuerzo del final tras ocho años de constante drama estirando la esperanza hasta límites imposibles.
Araceli Linares, amiga del alma y compañera infatigable del Centro de Rehabilitación Integral Patagónico, falleció el pasado día 3 de octubre y con el poeta nos preguntamos:
¨Por qué sus alas tan cruel quemó la vida! A sabiendas que no habrá respuestas, y comprometernos en su memoria, a redoblar esfuerzos en favor de quienes los necesitan, con tu gracia y tu espíritu inolvidables¨.
