En una sociedad como la que estamos viviendo en general, porque la descomposición es común hoy, envuelta en conflictos internos que nos afectan día a día, con discusiones innecesarias, en que sin pensarlo demasiado se dejan de lado conceptos fundacionales, que nos enseñaran a quererla desde la infancia, y pocas veces podemos disfrutarlos, como el respeto entre los ciudadanos, en especial los nuestros, algo tan simple como convivir con nosotros y con lo que somos, satisface con la vida disfrutar un ejemplo como el que vemos acaban de darnos los bolivianos, país hermano, vecino sufrido como pocos de los que tenemos oportunidad de conocer y vivirlo, aunque fuere de paso.
País de caracterizadas costumbres originarias, rico como poco y empobrecido por esa causa como muchos, saqueados desde los comienzos mismos de la colonización impiadosa de la España del comienzo, supo hasta hace muy pocos años vivir divida con rigor mantenido con pocas características de humanidad.
La llegada pocos años atrás de una dirigencia nativa que todos vimos evolucionar y tratar con lo suyo desarrollar esa sociedad acosada brutalmente por las ansias insaciables de lucro que lo convirtieran en uno de los países más atrasados de indoamérica, abrió a los suyos horizontes de progreso no soñados por sus ancestros hasta el golpe de Estado que derribo su gobierno ganador legítimo en elecciones populares.
Volvieron a su pueblo los castigos racistas absurdos y todos vimos con los medios actuales de comunicación, muertes absurdas y un retroceso a tiempos de barbarie que creímos superadas, incluso una “titular” del Ejecutivo gobernar de facto hasta ahora.
Gestión para el olvido, derrotada hoy por quienes habían sido gobierno legítimo en elecciones legítimas, y salvado incluso su existencia gracias a la gestión del actual Presidente argentino y su par de México, enfrentados al ultraje antidemocrático de la propia Organización de Estados Americanos, y otros gobernantes indoamericanos entre los que lamentablemente estuvo el nuestro en la anterior gestión, que reconocieran la usurpación.
Hoy, Bolivia da un ejemplo al mundo, sin violencia ninguna, resistiendo en sus convicciones democráticas, recuperan el Gobierno en elecciones llamadas y controladas por quienes lamentablemente confundieran sus intereses hace muy poco tiempo y fueran causa de tantas víctimas absurdas.
Creemos sea el momento de aprender, todas nuestras dirigencias, de un lado u otro del arco político, que nos viven aturdiendo con conceptos extremos de dignidades y ensoñaciones políticas que más pronto que tarde desaparecen detrás de limites oscuro de dirigencias equivocadas.
Insistimos, el Mundo e Indoamérica deben agradecer todos una Bolivia poco menos que olvidada y siempre explotada, por su lección de vida y ejercicio democrático.