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Es la alteración visual producida por un trastorno del enfoque (las imágenes se enfocan por delante de la retina) originando una percepción borrosa fundamentalmente en la visión lejana.
Causas: Se han involucrado diversos factores en la génesis de la miopía como por ejemplo malas condiciones de iluminación, déficit vitamínico, etc. Sin embargo, ninguno de los estudios experimentales ha proporcionado resultados concluyentes. Por lo general la miopía se asocia a factores genéticos (hereditarios).
Evolución: Es difícil predecir el comportamiento de la miopía en un paciente determinado. Normalmente no existe en el momento del nacimiento, detectándose cuando el niño comienza el colegio. La Miopía tiende a aumentar mientras se completa el crecimiento del individuo, alcanzando un grado genéticamente predeterminado, para luego estabilizarse y permanecer sin cambios.
Síntomas: El síntoma más importante de la Miopía es la visión lejana borrosa; los dolores de cabeza son bastante raros, contrariamente a la creencia popular. Los miopes tienden a entrecerrar los ojos cuando quieren ver mejor de lejos, pues de esta forma se permite un mejor enfoque. Contrariamente, los Miopes, suelen tener buena o muy buena visión de cerca.
Tratamiento: El tratamiento consiste en la corrección óptica con lentes divergentes (graduaciones negativas) adecuadas a la refracción del ojo, logrando así que las imágenes se formen sobre la retina. Estas pueden ser mediante anteojos aéreos que es la forma más tradicional de corrección.
En el caso de las miopías altas, los cristales aumentan de espesor, principalmente en los bordes, razón por la cual se recomienda el uso de armazones pequeños para eliminara los bordes mas gruesos y mejorar la estética del anteojo; sobre todo si los cristales son minerales cuyo pesos y espesores son mayores. Actualmente existen otros materiales más livianos y que permiten espesores más delgados, como ser los cristales orgánicos de alto índice y los policarbonatos, permitiendo el armado de anteojos más livianos y estéticos para el usuario.
La segunda alternativa son las lentes de contacto, que permiten un mayor campo visual.
Existen varios tipos: las convencionales, las de uso programado, flexibles y gas permeables. Todas ellas pueden combinares con algún color, según la preferencia del usuario, que le permitirá cambiar el color de sus ojo.