Cuando nos vamos a ocupar de una verdadera política sanitaria, para Bariloche
Y su zona, cada vez más extensa, poblada y creciente en problemas de este tipo?
No hace mucho tempo, nos habíamos referido al brote epidémico del “hanta virus”, cuya a consecuencia todavía son motivo de dolor en varias ciudades de nuestra zona especifica de Patagonia.
E insistimos, auque no con la seriedad que merecía, sin atender a los daños causados con varias muertes producidas parecían no tener responsables en ningún aspecto, ni tampoco peligro porque por suerte, nada afectaba directamente a Bariloche…
Mala costumbre, que vemos repetirse impuesta en muchas otros problemas directamente a nuestro poblemos de la convivencia local,
Insistimos había medio país o más, que siquiera supiera de que se trataba; o donde quedaba Epuyen, Chubut y todo lo vinculado a este ratón de cola larga que produce tanto daño, sin quererlo.
Se reconoce la falta de logística más que necesaria para su atención, con la seriedad que merece; si hubiera ocurrido en algún conurbano importante del país, y ni hablar si se producía en la Capital Federal.
Ahora se sabe que hay zonas absolutamente diferentes, como el norte salteño, el litoral entrerriano entre otras, donde es mucho más común su existencia, aunque menos su peligrosidad.
Aunque ahora a raíz e todo ello sabemos un poco mas de cosas que ignorábamos entonces, por que no aprovecharlas entonces?
La ligereza con que se trato al tema, produjo víctimas, fatales en lugares tan dispares como Chile, Río Negro y hasta Buenos Aires.
Porque ese tratamiento diferente entonces? Ante una realidad que golpea desde el comienzo y siempre que se presenta lo repite.
Así ocurrió por otra parte de la que sufriera aunque en mucho menos riesgos en los ’90.
Es sabido por demás, que la reproducción cuasi masiva y peligrosa de estos roedores se produce en la región, en zonas de montaña adonde crece la caña Coihue, es diferente pero acá porque no estar atentos y prevenir sus efectos?
Parece poco serio, aún más en las actuales circunstancias con políticas oficiales que poco y nada atienden la salud en general el trato dado a estos casos que cada día aumenten, como si se tratara de algo común y no tan peligroso.
Reiteramos la queja porque entendemos se trata al problema como a tantos otros de falta de desarrollo urbano y social que afecta, como desde el origen de estas poblaciones, que no alcanza a desarrollarse en mientras siga habiendo turismo, deportes de montaña, y esas cuestiones menores que nuestras dirigencias entienden como fundamentales y sin dudas prioritarias.
Tal vez esto sirva para empezar un cambio real de costumbres y condiciones de atención temas como el desarrollo citado, que involucre a todos, o al menos una mayoría.
La nuestra es una ciudad diferente, difícil de por sí propio, con sus especiales situaciones geográficas y/o sociales.
Desde el principio, que pareciéramos querer afirmar aún en nuestros tiempos tan diferentes, que a veces nos sorprenden con repeticiones gravosas para todos, por la falta de dirigencias insertas en los problemas locales.
Esto, esta ocurriendo acá, y no en la ciudad de enfrente.