Teresa Paniceres es técnica en Laboratorio y se incorporó en septiembre de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 se encontraba en uno de sus puntos más álgidos, para trabajar en el Laboratorio de Biología Molecular del Hospital Francisco López Lima.
La suya es una historia de superación personal, que hoy con 30 años puede contar con gran valor, después de 18 años de haber recibido un trasplante de médula ósea, para tratar una leucemia linfoblástica aguda que se despertó a sus 12 años.
Bien podría ser la de cualquier otra persona que después de cruzar el umbral más doloroso de la vida, puede seguir con sus proyectos y sueños. Pero, en este caso, es la historia de ella, una mujer de 30 años, oriunda de Cervantes, que estudió en Buenos Aires su carrera universitaria y que, por decisión personal, quiso incorporarse a trabajar en el sector de la Salud Pública.
Apasionada del deporte, Teresa participó representando a la provincia de Río Negro en seis mundiales para personas trasplantadas, en su disciplina como maratonista, ya que su pasión son el atletismo y la natación.
“Para mí fue una gran decisión, pero necesitaba trabajar, para mi mente era importante. Así que, con todos los recaudos, con autorización de mi médica Oncóloga, decidí comenzar este camino”, cuenta Teresa.
“Después del trasplante seguís viviendo, tenés vida, es para eso que te trasplantas, es para eso que alguien dona, ese enorme acto de amor”, enfatiza Teresa, que insiste una y otra vez en la necesidad de seguir concientizando sobre la importancia de ser donante.
“Mi hermano fue mi donante, para el trasplante de médula y es importante resaltar esto, la importancia de donar médula, que se hace en vida y muy pocas personas se inscriben para hacerlo”, refirió Teresa.
El coordinador Provincial del CUCAI Río Negro Leonardo Uchiumi, indicó que “en el contexto de la pandemia fue todo nuevo, el contexto de crisis, el peligro de la enfermedad. Pero también vimos como esto de la resiliencia, encarar con optimismo estas situaciones, para poder afrontar las dificultades y superarlas. Fue una oportunidad de tomar un camino distinto a lo que uno habría hecho sino se encontraba con este contexto. Y siempre trae algo positivo si se encara de esta manera”.
Y en esa crisis fue cuando Teresa, ayudada por el CUCAI y por el Ministerio de Salud de Río Negro y por la Dirección del Hospital Francisco López Lima, encontró su oportunidad.
“En este contexto difícil que pasamos en el sistema de salud, había un requerimiento extra de personal en distintas áreas, encontramos la necesidad en el Laboratorio de Biología Molecular del Hospital López Lima, porque había poco personal, para sumar a Teresa, que tenía necesidad de trabajar”, indicó Uchiumi.
“En el contexto de la Ley Integral del Paciente Trasplantado, está el rol del Estado, donde favorece el acceso a un trabajo cuando existe la necesidad. Y el perfil del trasplantado genera muchas cosas, vinculadas a la concientización, a ser en vida testimonio de que después del trasplante uno tiene una vida que puede desarrollar prácticamente con total normalidad, con ciertos cuidados”, explicó el coordinador del CUCAI.
“Después de un trasplante se puede llevar una vida normal, saludable, se pueden hacer deportes, tener un trabajo y todo eso ayuda al sistema inmunológico porque le da bienestar general, físico y emocional, ya que se puede desarrollar como persona, sentirse útil, más en el contexto que estamos pasando”, refirió el médico.
“Estamos muy orgullosos y contentos de poder dar esta posibilidad al sistema de Salud Público de Río Negro. Tengo que decir que el ministro de Salud Fabián Zgaib, con mucho atino y reflejos, entendió esta situación, para producir una incorporación muy importante de personal especializado como Teresa”, enfatizó Uchiumi.