Incendios en El Bolsón: ¿por qué el gobernador Weretilneck evocó la figura del Maruchito?
En un mensaje cargado de emoción, evocó la leyenda del Maruchito y comparó la maldición que cayó sobre su asesino con el castigo que merecen quienes desataron el fuego.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, se mostró conmovido al referirse a los incendios que devastaron El Bolsón y lanzó una dura advertencia a los responsables: «No van a poder descansar porque cada vez que pongan la cabeza en su almohada no dormirán por lo que generaron».
En rueda de prensa junto a Bruno Pogliano, intendente de la vecina localidad afectada por el fuego, comparó la situación de los focos intencionales con la leyenda del «Maruchito», el niño santo.
«En los tiempos en los que se fundaba la provincia, trabajaba en las caravanas de caballos y bueyes, les daba pasto a los animales. Una noche, en Aguada Guzmán, tuvo la osadía de agarrar la guitarra del dueño de la caravana, y este lo mató» expresó el gobernador visiblemente movilizado.
«Cuenta la leyenda que el que lo mató deambuló loco por toda la línea sur, porque le cayó una maldición. La misma maldición le deseamos a los que hicieron esto, que no puedan transitar en paz por ningún lugar de la provincia y que el castigo divino los persiga», sentenció Weretilneck entre lágrimas.
Weretilneck enfatizó la gravedad de los incendios y reafirmó el compromiso del Estado en buscar y sancionar a los culpables. «Por el sufrimiento de estos vecinos y el esfuerzo de los combatientes al que fue sometido El Bolsón y la provincia, les decimos que los vamos a seguir buscando», manifestó el gobernador.

La leyenda del Maruchito
Pedro Farías, conocido como el «Maruchito», era un niño huérfano que trabajaba en una caravana de troperos en la Línea Sur de Río Negro. El 19 de octubre de 1919, a la edad de 12 años, fue asesinado por el capataz Onofre Parada tras tocar una guitarra que le estaba prohibida.
La leyenda cuenta que Parada fue maldecido y condenado a deambular sin descanso por la región. Con el tiempo, el Maruchito se convirtió en una figura de devoción popular en la provincia.
El Maruchito fue enterrado y luego de su muerte, cuenta la leyenda que se escuchaban guitarras sonar por la zona de su tumba. La ermita está ubicada sobre la ruta provincial N.º 74, cerca de Aguada Guzmán, una población de unos 200 habitantes, en el departamento El Cuy.
Es un lugar de devoción popular donde los viajeros dejan ofrendas, especialmente guitarras, caramelos, flores y velas en honor a Pedro Farías, el niño conocido como «El Maruchito».
Info: delegación prensa Río Negro