El Temible Cuero del Agua por Jorge Castañeda

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Escritor – Valcheta

Según Levi-Strauss, “la interpretación y el análisis del discurso de las narraciones en relación de la cosmovisión de los informantes pone de manifiesto la presencia del “mito” como medio para ordenar y comprender la realidad. Poder admitir que ningún sistema cultural responde satisfactoriamente todas les necesidades de los individuos colabora para establecer la significación del mito”.

“Los pueblos al recurrir al mito encuentran en él, la solución a situaciones problemáticas de la vida comunitaria que su organización cultural no logra responder”.

Uno de los mitos más difundidos del panteón mapuche es el del “cuero del agua”, temido tanto en Chile como en la Patagonia, por sus condiciones maléficas.

Según la escritora Perla Álvarez, de Bariloche, el “cuero del agua es de apariencia variada. Los informantes lo describen, algunos como cuero de vaca, o cuero de diferentes animales y otros como mantas, frazadas o de aspecto indefinido. A pesar de la realidad de muchas de las versiones, todos coinciden en la vitalidad de este objeto, ya sea como cuero o manta con vida, o un animal que responda a estas formas. Un informante lo compara con una manta raya de mar cubierta de musgo, de grandes dimensiones”.

“Los que lo describen como cuero de vaca, algunos lo hacen de color marrón, negro u overo, con manitas alrededor, con garras –por eso también se lo denomina “cuero uñudo”. Otros de color verde musgo con sopapas o ventosas en las patas. Hay otra versiones –acota Perla Álvarez- que lo mencionan como un cuero de oveja, de huilín o de otros animales conocidos. Para otros es un cuero de animal indefinido con escamas, que tiene cabeza y cola de pez”.

Esta entidad tiene su hábitat  en la orilla de arroyos, ríos o lagos y mimetizada con el paisaje si algún incauto pasa  o se posa sobre ella, lo enrolla y se lo lleva a las profundidades para nunca más aparecer.

Según Álvarez con respecto a eso acota que las costas de los lagos y de los ríos, también actúan como coadyuvantes, porque este al extenderse sobre ellas, propicia que las personas o animales por distracción o desconocimiento se coloquen sobre él y sean enrolladas”.

Se cuenta, por ejemplo, que “una señora bañaba a su bebé en el río, cuando lo saca encuentra sobre una piedra un cuero limpio y cálido, entonces coloca su bebé en él, el cuero se cerró y se llevó al bebé por el río”.

Según algunos “cuando sale el cuero hace mucho calor y es porque al faltarle el oxígeno abajo, sube para arriba”.

Un dato para tener en cuenta en el análisis de este mito tan terrible es que “el cuero del agua o cuero uñudo nos pone en evidencia al dador como aquella problemática cultural que desde la época de los primeros pobladores hasta la actualidad no ha sido resuelta la desaparición de personas en los lagos de esta zona. El mecanismo del que la comunidad se ha valido para producir el mito, ha sido el de crear un ser, el cual, a través del temor armoniza el vínculo del hombre con su medio”.

Don Elías Chucair, prestigioso escritor de Ingeniero Jacobacci, en sus interesantes libros de relatos patagónicos ha rescatado historias de pobladores que fueron llevados por el cuero a las profundidades de las lagunas.

Por otra parte  en la cuenca del arroyo Valcheta en el paraje Punta de Agua viejos pobladores con cierto temor solían narrar la acechanza del terrible cuero del agua en la laguna Curí Co.

El poeta Hugo Duraczek en un hermoso poema dejó plasmada a este cruel entidad: “Te he visto de plomizo gris/ en rebeldía; / y otras veces planchado de azules mansedumbres:/ ¿Qué corrientes ordenan tu lecho misterioso…/ Y esa espuma que juega/ en las piedras descalzas…? Desde lejos me llegan voces milenarias…/ relatos y sucesos entre siglos de tiempo que/ agrandan tu misterio. /  Una gaviota pasa como un presagio alado/ y anuncia que en la orilla, / siniestro manto en calma, tendido en trampa mortal/ acecha el cuero del agua”.

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