¿Hasta cuándo seguir con el lloriqueo de los dirigentes que no ven sus propios errores?
Porque que la situación “está que arde”, como se decía más coloquialmente entre nosotros, antes que nos tomaran” los que saben, los que mandan los más buenos, no dan tregua (frase que nos pertenece y repetimos cada vez mas), con su valor del dólar y si pueden con el billete en el bolsillo también.
Y de ello podrían quejarse esas dirigencias por las que Bariloche ha perdido poco menos todas sus Fiestas, de tal manera que siquiera su Aniversario ya festeja, y siquiera se recuerda, poco menos.
Por ahí alguien los convenció que en ciertos lugares de las “Citys” importantes por concentración de habitantes, producción, circulación de divisas u otras circunstancias parecidas y nada que ver con nuestro diario vivir, esos problemas abruman y hasta producen algún malestar psicológico grave; pero ¿acá?
Y en Turismo menos, siquiera se haya sindicalizada la actividad, que muestra organismos parecidos funcionando en otras actividades principales que tienen en su impronta otros intereses, más que el Turismo.
¿Hay alguna razón para explicarlo?
No se dice que vivimos de esa actividad, altamente rentable en el mundo racionalmente entendemos, ya que evidentemente acá funciona de otra manera y hasta en el país, que sin dudas no tiene sus mayores ingresos del mismo, también. Es más, creemos en los sectores de mayores ingresos, no figuramos entre sus mayores gastos.
No será el momento aprovechando la pandemia y todo lo que el Estado ha movido, ¿tratar de enderezarnos al respecto? Lo principal lo tenemos dado gratis desde siempre: el paisaje y los recursos naturales para hacer exitosa la actividad, y seguirán siéndolo y gratis, como lo fue siempre; porque aun empecinados en arruinarlos se tarda mucho en lograrlo para los que hoy vivimos en Bariloche.
Entonces, ¿porque no organizar de manera planificada un futuro mejor?
Tenemos ejemplos de lugares que no tenían nada cuando ya Bariloche era lo que sigue siendo en Turismo; y que, organizados han logrado éxitos inmensos.
Y la mejor alternativa nos parece diversificar la producción en un lugar en que a ello poco menos lo está exigiendo el propio sentido común. ¿Qué razón hay, por ejemplo, para no desarrollar ni apoyar el esfuerzo de industrias locales? ¿Principalmente a la derivada de la utilización de desechos urbanos para la construcción? Utilizada en todas partes con el doble efecto de aprovechar el reciclado y la eliminación del daño ambiental que produce principalmente a la actividad turística. Mar del Plata, sigue siendo la Capital del Verano turístico, con un desarrollo industrial envidiable.
Sin dudas es más fácil insistir en subsidios, pero éstos por su característica frenan también un desarrollo sostenido.
(*) León Felipe