“La situación está tensa, como cuero estaqueado, y negros nubarrones cruzan el cielo de la Patria” (*)
De repente pareciera que todo ensombrece nuestras relaciones comunes, a pesar que ya todo venia entreverado, se nos ocurre pensar que estamos aun peor, en muchas cosas que hacen al cotidiano nacional…
Y sin embargo, esta peor que en otras muchas ocasiones, que algunos ya vivimos, y otros si se molestan un poco, las encuentran en nuestros libros de Historia, esos que poco se leen, pero que guardan testimonios, algunos que hasta parecen copiados de lo que escuchamos hoy.
O a lo mejor lo son realmente, porque en verdad, no creemos haya en las actuales circunstancias personajes capaces de cambiar la realidad en una Sociedad que no se realiza.
Sin fuerzas, es cierto, se la despoja sistemáticamente de sus recursos mejores, se echa mano de forma indiscriminada a las rentas publicas, etc.; pero seguimos volviéndolos argentinos a recomenzar de la misma manera, y a veces hasta con los mismos dirigentes, y aun así, insistimos en copiar los malos ejemplos y perores maneras de accionar. El muestro es un gran país, y no solo por su tamaño que la mayoría desconoce desde que nace hasta que muere, rico como pocos y con una sociedad forjada desde pueblos originarios devenidos desde las ancestrales culturas indoamericanas que nos empecinamos en ignorar reemplazándola con gracejos traídos por una inmigración incorporada a nuestros orígenes mas modernos, de generación en generación, sin mayores cambios.
Y nacemos poco menos con los mismos vicios históricos aunque por suerte para todos, a veces surgen figuras nacionales que sorprenden y encarnan en personajes históricos válidos para todos, aunque muchas veces no lo advertimos envueltos en la tontera diaria, como ahora.
El mal peor, es que no solo volvemos sobre los mismos errores, sino que además reprochamos a los que no lo hacen y los colocamos en una especie de “malos hermanos” que no entienden que las dirigencias –siempre ocasionales-, cometen errores cuando insisten en querer ver todo muy bien a pesar de una realidad que dice lo contrario.
El caso del actual presidente de la Nación, en la inauguración del nuevo periodo legislativo, nos parece una verdad revelada.
Es el mismo funcionario que llego entre bailes infantiles con globos y cintas al tono entre otos dislates, como hablar de la “angustia” de los Héroes de la Independencia, al liberarnos del yugo español, o plantear una “pobreza cero” que a ningún maniático religioso se le ocurriera, etc. Este súper magistrado nos sorprende con un llamado a los argentinos de violencia desbordada, clamando a su vez contra la hermana Venezuela, tantas veces refugio de hermanos perseguidos…
Claro que esta vez fallaron los enemigos clásicos, venidos del infierno como todos sabíamos, entonces… La culpa es del “populismo”, que siquiera figura en los diccionarios oficiales…
(*) Landrú