El último escándalo local, lamentablemente causado por el asesinato de un agente policial, rodeado de características por demás infames, debe llamarnos la atención y ser asumida por todos. Hace años insistimos que nuestra sociedad cada vez se despeña mas en un vivir y dejar pasar… por demás peligroso.
Acá las normas comunes, si las tenemos realmente, se cumplen o no y todo sigue mas menos parecido; los jóvenes se instruyen mas en zonceras televisivas, machaconas, aturdidoras, compulsivas, que en valores reales de conducta, y todo sigue igual.
En nuestro muy modesto entender todo tiene su base en defectos de cultura en la que sustentamos nuestra sociedad, y ello atenta incluso con una muy rica tradición local que cada día valoramos menos.
Es mas, creemos que atendemos más a este tipo de tragedias, por su repercusión exterior, que por nuestro respeto intenso.
Que a los políticos no hay que creerles mucho las palabras que pronuncian, especialmente en situaciones conflictivas, es sabido; ahora bien, que el Presidente de la Nación, diga muy suelto de cuerpo que agradecía a los ciudadanos que habían pagado el 85% de las facturas en las nuevas tarifas de servicios tan criticados en su gestión, argumento reiterado en la discusión legislativa en estos días, casi como verdad revelada, cuando técnicamente es imposible tener ese dato en serio, que además generó todo tipo de recursos legales, no se compadece con el argumento dado como cierto: que las empresas amenazan con despedir empleados por falta de ingresos, por el no pago…
En la exposición largamente reclamada al Ministro de Energía, Aranguren, uno de los mas criticados actualmente desde las tarifas confiscatorias que agobiaran a los argentino, en vez de dedicar un minuto a explicar el yerro, se empecino en reiterar, tal vez mas veces de las que la citara el ex Presidente Perón, la frase conocida de Aristóteles: “la verdad, es la única realidad”, tal vez para congraciarse con la gran mayoría de representantes que siguen al ex Presidente, ya que nada que ver tiene con lo que le exige la ley, que es llamar a audiencia publica, antes de mover la Tarifa de servicios públicos.
Además se debía explicar también por que 400 % ó 4.000 ó 5.000 o la cifra que fuera de aumento, y nada tiene que ver con dicha frase; pero, recordamos que además de esa frase, cierta a a su manera, que citara Perón, hay otra similar aunque opuesta, y es de Voltaire, el gran pensador nacido en Francia, muy cerca de Holanda, que decía “la verdad, es lo que logramos convencer a otros”…
Ambas utilizadas en las grandes religiones, y políticas desde el origen mismo de la civilidad. Lo mismo que el principio jurídico popular, “fíjate a quien favorece el delito, ese, es el culpable…”
Y luego de días y meses de escándalo, que entendemos no casual, la Corte Suprema se pronuncio, retrotrayendo todo al principio y requiriendo el llamado a Audiencia Púbica, que como es sabido no obliga al Gobierno, razón de mas para haber cumplido con la Ley; pero si, expresa la opinión pública, a la que jamás debería menospreciar cualquier gestión que se tenga por democrática.
Aunque este ultimo concepto no creemos se mencione en algunas Universidades privadas del Norte, atadas al interés privado exclusivamente, seguramente malcasadas por el reproche Papal: “ganar mas a cualquier costo, ya no se aguanta”.