Si los tiempos son difíciles, por que hacerlos peor
Así, nos va a costar más recuperar las bases de la sociedad nacional, alteradas, sin duda ninguna en los últimos años, por diversas razones, aunque en general principalmente por incapacidad de dirigentes y funcionarios, puestos a hacer lo que no estaban capacitados, y así pasamos de una improvisación en otra, en tanto las señales de alerta se suceden, ante una impasividad que asusta; lamentablemente las viejas raíces políticas de grupos dominantes, partidarios de la dependencia y el refugio en las fuerza de potencias definidas, en un lugar u otro del ámbito mundial dominante en que nos vemos, nos está empujando a situaciones extremas, en cualquier sentido. Los argentinos hemos sido siempre un país de paz y no de violencia, pese a las tremendas guerras internas que sufriera nuestra historia, de las que siempre se salió con mayor grandeza. Ahí está la división manifiesta entre partidarios de Moreno y Saavedra, desde el origen mimos de la nacionalidad, hoy poco menos hemos borrado esas diferencias, por las que se enfrentaron próceres del parnaso argentino. Esos enfrentamientos que los colocara en grupos diferentes con verdadero patriotismo, para entender semejante cuestión que tenían entre manos, hoy siquiera se recuerda en clases de enseñanza cívica en los colegios que instruye a los jóvenes argentinos, menos se recuerda que hasta se prohibió, carta mediante, a Belgrano usar como oficial la bandera que hoy es orgullo de todos; aun peor los enfrentamientos entre Federales y Unitarios con la pasión que todos conocemos, que llevara a extremos injustificables, pero que ocurrieran con conocimiento e intervención personal de próceres de un lado y otro. Ya más acá, con Constitución nacional dictada, quien no sabe de los golpes militares que arrebatar gestiones legítimas, a veces con violencia injustificada, superadas por la dignidad de lo argentino. Ni hablar de las divisiones populares del siglo XX, atravesado por guerras mundiales que incidieran entre nosotros, que tampoco logró dividir a los argentinos; ahí está el enorme ejemplo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que nunca reclamaran venganza ni revancha; y hoy parecen volver por mas errores dirigencias equivocadas. Podemos y sin dudas lo estaremos en campos políticos diferentes, ya en lo ideológico, u otras cuestiones de gobierno, como en otros momentos en nuestra historia, en que el sentimiento nacional finalmente prevalece, aun sin lograr definirnos si vamos por derechas o por izquierdas, si nos resignamos a un monocultivo fundacional, o nos abrimos a un desarrollo industrial productivo más armónico, como planteara Pellegrini a fines del siglo XIX (¡!). Así, hoy nos vuelven a agraviar medidas de violencia social, como el ajuste al trabajo y la producción, y aun peor atacando al periodismo, base de toda sociedad democrática en forma injusta y masiva, que señala por sí propio, el error en que se vive, y aún peor agraviando a las víctimas de los errores de esa misma dirigencia equivocada.
