¡Feliz Año Nuevo, Amigos Todos!
Tiene sentido generar violencia entre hermanos, como estamos dando en vivir los argentinos, por cualquier tipo de causa?
Además fácilmente superables si se atendiera a las mismas con la vergüenza cívica que corresponde.
Los llamados “piquetes” que brotaran como hongos después de la lluvia, en la gran crisis del menemismo que explotara con la Alianza en 2001, en la mayor crisis de la historia, parecen hoy meras reuniones populares, con la represión violenta y descontrolada que se justifica oficialmente, con dos características imposibles de no ser advertidas: entonces la sociedad fue llevada por errores oficiales de políticas socioeconómicas, parecidas en calco al carbónico con las actuales, incluso actuando varios de los mismos responsables, detrás de una misma idea economista, inaplicable en el mundo desarrollado (ninguna potencia mundial, crece cerrando industrias, liberando importaciones primarias en contra a su propia producción, y sus consecuencias naturales como aumento de desempleo, pobreza, etc.; y otra más conocida, siempre las víctimas son del campo social.
Y aun otra peor, repetida e increíble en nuestro país, hambre e indigencia en la población, en un país reconocido en el mundo como principal productor de alimentos, en claro agravio a la inteligencia de los argentinos
Es cierto el mundo se halla inmerso en crisis enormes y evitables, llevadas al borde de tragedias aún mayores, de difícil resolución final.
En esta o en ambas, la opinión de cada cual puede ser no tenida en cuenta, ni siquiera tener posibilidad de impedir nada.
Ahora bien, seguramente los pueblos en su mayoría musulmanes que hoy van de un horizonte falso de salida digna, o al fondo del Mediterráneo, hacinados en campos de concentración poco disimulados, en que hasta han encontrado una falsa salida en la inmoralidad a que los condena: a considerar la esclavitud como mejor salida al día siguiente de su vida, y los sabios del mundo lo muestran simplemente.
En cualquiera de esas posiciones podríamos discutir razones hasta cansarnos.
Sin dudas lo internacional no esté a nuestro alcance arreglar, pero si tratar de entenderlas, más allá de la explicación interesada del mandón de turno.
Por qué entonces insistir en desquiciarnos internamente como ayer, también hoy y seguir así, hacia un mañana similar?
Siendo como lo hemos sido siempre, aun saliendo de cruentos enfrentamientos, una Sociedad mansa y culta.
No podemos darnos el gusto de querer ser un poco mejor, y para ello requerir de las organizaciones políticas, por lo menos los que tienen representación pública rentada, que ofrezcan soluciones realizables, no a futuro incomprobable.
Y empezar por casa, por el barrio y la ciudad, sin dudas la Provincia y la Región que somos todos; y así, darnos el gustazo de desearnos con sinceridad un ¡Feliz Año Nuevo!