Volvamos a la racionalidad
La situación social esta tensa en general en el país y una de las causas que más agudizan la cuestión, en estos días por lo menos, debe ser la pretendida reforma laboral que propicia el Gobierno nacional.
Al margen de la cuestión de fondo, seguramente controvertible para cualquiera que razone un poco ms allá de un resultado deportivo, nada menos porque cambiaria una legislación que fuera causa de continuos enfrentamientos entre argentinos, hasta no hace muchos años en que se logró avances que creíamos sostenidos, no sería más razonable darnos un tiempo cierto y acotado, o hasta prolongado si fuera necesario, para estudiar la propuesta oficial, cuyos principales dirigente, incluso públicamente han definido al trabajo como un costo, en contra de más de la mitad de la biblioteca en derecho laboral vigente; por lo que a su vez debería ser al menos clara y razonable y no estar hablando entre grupúsculos afines a la idea oficial, con más empleo de divertimentos sin contenido que con razonamientos legales sobre el tema?
No se trata de una propuesta de campaña, que tan pronto pueda mantenerse un par de meses o menos todavía.
Así como las normas laborales que se pretende cambiar, modificaron tras largas luchas obreras y sociales, usos y costumbres incluidas, hasta por caso conformar lo que hoy sea parte importante del ser nacional; las nuevas naturalmente tenderán a reemplazarlas una vez aceptadas.
De ser estas aceptadas o no tranquilamente, seguramente actuaran a la manera de un cambio de época, se las comparta o no.
Y en un país de repetición de situaciones similares a lo largo de nuestra historia no muy lejana, realmente preocupantes para el propio orgullo nacional; nos parece más que simple aclararlo racionalmente y no precipitar las cosas a límites de difícil retorno, que ni la farándula televisiva aceptaría para sus negocios.
Poco a poco nos vemos reducidos a considerarnos como un país sin importancia, y sin dudas en el concierto mundial, no nos encontremos en las primeras líneas, pero de ahí a que nos tratemos en lo interno como republíquetas, que no seamos capaces de encontrar soluciones por nosotros mismos y en paz…
Está claro que la actual dirigencia política se inclina más hacia las posturas comunes de las derechas nacionales del liberalismo vernáculo, rebrotado en el golpe militar del ’30 por un jefe militar al que no casualmente se lo llamaba irónicamente “Von Pepe”…y la Justicia Social era una denominación sin significado alguno.
Es más, esa interrupción ilegal de la democracia nacional, incorporó a la legislación nacional la aberración de los “Decretos – Leyes”, consentidos por una Corte Suprema presidida por “Chozno” de conocido funcionario de la actual gestión nacional, en la que además hay más descendientes de una época que ingreso a la historia como la “Década Infame”
Esas normas ilegales fueron las herramientas de los reiterados golpes que se sucedieran hasta 1983, en que felizmente se recuperó la Democracia.
Alguien puede creer que sea mejor volver a movilizaciones callejeras, divisiones internas, violencia y tantas situaciones más, ya vividas por esas causas, que sentarse a la misma mesa y razonablmente buscar la solución entre todos.