Camino equivocados
Por ahí, las PASO, que previo a su realización decíamos no servirían para nada, en cuanto a decisiones electorales serias, tal vez sirvan para mostrar la esquelética conformación ideológica (no ya principista que, sería una ofensa siquiera mencionar recordando a grandes argentinos y suramericanos) de la política en estas tierras, por la que cada día nos mostramos mal al mundo.
Que pasó en nuestra Sociedad que tanto había avanzado en defensa y reconocimiento de los derechos humados, siendo reconocidos internacionalmente?
Cambiamos, está claro, por eso miremos con más cuidado pues puede traer conclusiones no gratas, y compromisos contrarios al interés nacional y difíciles asociados.
Aunque algunas puedan verse en favor de todos.
Ejemplo, las agrupaciones políticas tradicionales desaparecieron, y los que quedan lo hacen por los dividendos que allí se mueven, pero las tradicionales “internas” desparecieron, y tanto se suman a favor como en contra, aun en situaciones indefendibles.
Ahora nos acostumbramos y muy rápidamente en los errores que se cometen, y eso es grave.
Esto ocurrió siempre entre los argentinos, en algunos casos concluyeron con derramamientos de sangre entre hermanos, aunque insistimos en verlos como “grescas internas”, siempre culpa de los “otros”, nunca reconocido siquiera como culpas compartidas por los Partidos políticos.
Tanto en Semana Trágica o la matanza de peones en la Patagonia,
o el más cercano del “por cada uno de los nuestros que caiga, caerán cinco de los de ellos”, y frases parecidas y equivocadas, porque no se pelea contra hermanos, y menos “desde arriba” con todo el poder en la mano; naturalmente la violencia derivo en más violencia, pagada con gente de pueblo y barbaridades jurídicas y políticas; hasta hoy, interrumpida por la Guerra de Malvinas que pareció unirnos frente a un enemigo común y confeso, la Inglaterra imperial causa de desencuentros desde el origen de la nacionalidad; pero no sirvió de mucho, el odio interno volvió a instalarse por enemigos comunes, y allá vamos.
Así, siempre fue mejor lo extranjero que lo nuestro, y sus dirigentes admirados sumisamente por esa clase sumisa que lo aceptaba, en especial la dirigencia de los ’30 que siguió con el control económico, en los cambios de mitad de siglo pasado, con un peronismo que no pudo doblar el brazo a la “Oligarquía vacuna” y obligó a comer pan negro a los argentinos, mientras el trigo se podría en los galpones en los ’50…
Hubo cambios, es cierto, pero la “manija” nunca salió de las manos de siempre. En 1945 la “Declaración de Avellaneda” orgullo doctrinario de la ex UCR, proclamaba la “Reforma Agraria, inmediata y profunda” entre otras medidas “de cambio” Nunca se intentó siquiera una mini Reforma al despojo sistemático de la tierra publica, y nuestro país se muestra orgulloso como el único no árabe en que la tierra este mayormente en manos privadas… no siempre nacionales.
Veníamos bien organizado, recuperada la democracia, con aciertos y errores, algunos gruesos, insistiendo en separarnos entre buenos y malos de manera absoluta, nos manejábamos políticamente de manera racional -se había llegado incluso a proscribir al que pensaba distinto-, y logramos superarlo
De pronto cambiamos, aún sin saber en qué sentido, pero que las agrupaciones políticas no responden ya a derechas o izquierdas ha quedado claro en estas recientes PASO.
Con un problema que el mundo desde la Revolución Francesa, de la que somos un producto histórico, junto con muchos más, siempre hay quienes quieren conservar lo conseguido y otros que aspiran a cambios profundos y superadores: ambas respetables en sí mismos, que no vemos hoy entre nosotros
La realidad de estos días posteriores no muestra ello, pero desde un conteo de votos, algo más que ridículo y amañado, practicando ilícitos electorales, donde nada se definía, nos dicen que empezamos una manera distinta de practicar la política…