Jamás, volver a empezar
De la manera artera y amañada como proceden los que lo hacen mal, la Corte Suprema de “Justicia” de la actual Gestión, trata de entreabrir una puerta falsa a sectores muy amplios de los represores que inscribieron a la Argentina entre los que cometiera delitos de lesa humanidad en nuestros días.
Nos sorprendió a todos, entendemos también a muchos de los involucrados en ellos; aunque con mayor agresión a las victimas de aquellos hechos que aun esperan Justicia en la Argentina en que viven.
Se puede opinar como se quiera, sin agresiones, y menos aun con trampas como éstas, que tratando de mostrar un caso aparte, llevaría a todos los involucrados en actos de lesa humanidad, con un beneficio ilegal.
Y esos delitos esta harto aclamado y decidido jurídicamente, son delitos comunes, a los que absurdamente beneficia en su momento una norma ya inexistente, dictada para “aligerar” la sobrecarga de delincuentes comunes en las cárceles de nuestro país.
No es tampoco la “ley mas bendiga” una ley ya inexistente.
Si no una falta grave a la moral de los argentinos la decisión tomada por esta Corte de Justicia.
Quien no haya sufrido la barbarie de esos años de plomo en nuestro país, podría tal vez por ignorancia de los mismos, tratar de justifícalos en miras a algún beneficio místico inexplicable, los demás no
Lo delitos de lesa humanidad, que no son 30 mil ó 7 mil, como ligeramente trataran de abrir canino al disparate, representas importantes de la actual gestión, son contra la Humanidad, a la que todos pertenecemos.
Son delitos a los que no les cabe beneficio, y así se hizo luego después dela Segunda Guerra mundial cuando se juzgo sin aceptarse discusión si fueran millones o miles los masacrados por racismo o violencia demencial de los acusados.
Entonces a nadie se le ocurrió discutir números en tratar de salir del pavor sobreviviente a tanta masacre absurda y delictiva cometida, con una ventaja incluso para nuestros responsables de hoy, en tanta barbarie desatada no existía el delito detenido-desaparecido, que desde el Estado o a su amparo los actuales responsables agregaron vergonzante a los infolios mas bochornosos de nuestro país.
Por ello, ese tipo de delito no tiene fin hasta resolverlo, les es tan difícil de entender a nuestro jueces dela Corte que suscribieran el fallo.
No sabemos como se resolverá esto, en un país que volvió tener presos políticos, en una mujer de raza originaria, cuya familia “no bajo de los barcos”, como nuestros cultos jueces, si no de la tierra americana; y encima, se dedico a mejorar las condiciones de vida infames en que vivieran desde entonces los suyos.
No sabemos, como concluirá el dislate de la Corte Suprema, pero realmente Argentina inscribe otro baldón en su prístina página de Historia, sin dudas.
Encima con el fallo de la vergüenza, aparece en simultaneo, cuando nadie estaba enterado del primero, un pronunciamiento de la Iglesia Católica local, pidiendo a las victimas “reconciliación” cuando para con ellos solo hubo barbarie e injusticia.
Nuca más, debe ser pues la repuesta de la dignidad nacional, al margen de toda discusión o errores internos, los jóvenes de hoy, merecen un futuro feliz.