En el Bicentenario de la Patria de los Argentinos
Mientras entre nosotros, seguimos en una conflictividad exaltada hasta límites que no sabemos en que concluirá, donde el escándalo prevalece por encima de toda norma moral conocida, y tan pronto se injuria a quienes se nos antoje, se difama a quienes nos parece y hasta se ponen en medio del escenario escandaloso lugares sacros que siempre los argentino respetaran. Se fuere del credo religioso que se fuera, desparramando juicos y gestos violentos involucrando a quienes se les antoje, nuestra Suramérica y los buenos que aun viven en ella, se conmueven por logros que hasta ayer parecían imposibles, logrados después de mas de medio sigo de luchas entre hermanos y beneficios para los de afuera, como ocurre siempre que los hermanos se pelean, en el sabio decir de nuestro Martin Fierro mas de un siglo atrás, e insistiera en la misma ONU el actual Papa Francisco, y que, todavía no aprendimos.
Es mas, hasta creemos la actual conducción política nacional se sintió mencionada por el requerimiento pontificio y desde su mínima melaza original lo enjuicia y condena.
Somos de los que creemos que tales procedimientos políticos puestos en juego en la cosas comunes del hacer argentino, no es casual, ni corresponde a directivas locales.
Nadie en su sano juicio puede tener intenciones de envilecer toda conversación política entre argentinos, salvo, y aun así tenemos dudas, algún dirígete irracional alterado por alguna ingesta que le afecte el cerebro .
Hay una falta de respeto al esfuerzo nacional ofensivo. En cualquier sociedad organizada, la Autoridad es la Autoridad y se la respeta en el gesto y la palabra, la injuria, lo es tanto se la exprese en el salón como en la pelea callejera, y sin duda ninguna las presunciones que la Ley tiene para los ciudadanos lo son en todo momento y no cuando se le antoje al funcionario de turno.
De repente en nuestro país todos somos sospechoso y sometidos a una libertad condicional que paradójicamente está en manos de personajes con pasado dudoso y en algunos casos ya sin duda ninguna. Como haber eludido durante toda su vida y la de sus antepasados en algunos casos, como el celebre acuerdo de las carnes entre nuestro país e Inglaterra, en los ’30 que estigmatizo a la Década precisamente como “infame”, hoy resulta un juego de niños olvidable, que varios Ministros y otros jerarcas de la actual Gestión se coloquen de un lado u otro del mostrador, o los dos la vez, parece broma; y en tal amoralidad jurídica.se intenta sobornar judicialmente a probados reos condenados, para constituirlos en fiscales alternativos impolutos
“Mas pudo tu envidia que tu honor”, reprochaba León Felipe a la Derecha española a fin de la guerra civil que arrasó los principios morales en la tierra de Cervantes, Calderón, Lope, Unamuno Alberti y tantos mas que ilustraron el pensamiento español.
Mencionamos ese estado de amoralidad oficiosa, donde tanto se usa el DNU para adjudicar licitaciones a los amigos (¡!), como insistir en la violación de Derechos humanos, descargando odios sobre argentinos distinguidos por el Mundo creando nuevos presos, políticos, o arrodillando el orgullo nacional ante la tenebrosa avaricia financiera, envueltos en una tilinguería que avergüenza a todos.
El 9 de Julio debe mostrarnos juntos, recordar el bicentenario de la Patria Argentina, viviéndolo celebrando los San Martin, los Belgrano, los Moreno, los Monteagudo, los Güemes, los Caudillos federales y sus gauchos, asesinados por el liberalismo de fines del siglo XIX y tantos muchos mas héroes queridos desde la infancia, olvidados hoy en la esquizofrenia de riquezas especulativas, a cualquier costo y sufrimientos humano.