Que le pasó al Presidente de Brasil, uno de los jerarcas regionales de nivel, caracterizado por sus expresiones extrañas a la democracia, que van pasando sin mayor análisis, entre sus vecinos, pero, que valdría tomar más en cuenta dada la irracionalidad ejercida para pronunciarlos, en un sentido desgraciadamente relacionados muy estrechamente con otros de los jerarcas de nuestro lado, extrañas a la conformación del ser nacional, en cualquiera tiempo que conozcamos, sea la que fuere la gestión y el color político que se quiera.
En una sociedad forjada con millones de inmigrantes, desde su origen, junto al argentino originario, de repente para estas autoridades de singular modernismo, se convirtieron en peligrosos para nuestra Nación, y el señor Presidente del Brasil país amigo desde siempre advierte sobre un inminente e imposible flujo de argentinos huyendo hacia a ese país… Sin aclarar de donde sacara el dislate, que creemos ni en su propia casa le creyeran.
Cuando bastantes problemas tiene esa gran nación suramericana con los suyos, que desentona creando fantasmas con sus vecinos como si allí no los tuvieran; sin mucho grupo ni ciencia, como dice un tango argentino, inventado argentinos formando filas de hambrientos saliendo para allá, ignorando sin dudas que Argentinas, se ubica en una de las llanuras más ricas del mundo.
Si acá no hay alimento, debe entender el vecino Presidente que gran parte del suyo ya haría desaparecido.
No se entiende su preocupación alimentaria por nosotros…
Y vale citar el error de información que tiene este vecino gobernante, para tratar de enderezar, si se puede ya que entre los nuestros, hay dirigentes mal informados que hacen referencias similares, principalmente sin advertir que ese error siempre es de quienes no conocen la Argentina desde adentro; en esta tierra llena de riquezas y alimentos, con decir ¡quiero! eso.
De que sorprendernos entre nosotros, con tanto discurso inentendible de “los que mandan, los que saben, los más buenos no dan tregua” (esta frase es nuestra y cada vez más la repetimos). Desde siempre cuando se cometen errores gruesos, que no logra disimular ni la publicidad más agobiante, el culpable siempre es el otro, y en este tipo de proceder, ejemplos nos sobran: la oligarquía de la década infame, hizo escuela, los que jamás tuvieran necesidades se asumieron como defensores de la moral y las buenas costumbres.
El fraude descarado en los años´30 y ´40 fue “patriótico”, las matanzas de la Semana Trágica y de peones en Patagonia también, como el asesinato de civiles a “bombazos” en Plaza de Mayo, también, al igual que los miles más recientes de la última dictadura.
