Para muchos es una sorpresa enterarse de que Bariloche tiene uno de los ejidos urbanos más grandes de Argentina, equiparable al de la Ciudad de Buenos Aires. La población sigue creciendo y la infraestructura no siempre ha llegado a ampliarse al ritmo de ese crecimiento. ¿Cómo hace Bariloche para encarar ese desafío?
A saber: al igual que otras localidades de la provincia, nuestra ciudad tiene una importante carencia de calles de pavimento, siendo más del 80% de ripio, por donde deben circular los vecinos para llegar a sus hogares.
Lo mismo sucede con el Transporte Urbano de Pasajeros, que recorre de punta a punta cada barrio, con todo lo que eso implica en el desgaste y mantenimiento de las unidades.
El panorama se complejiza en invierno, con la llegada del hielo, las fuertes lluvias y nevadas que atentan contra el estado general de toda la traza urbana. Como si fuera poco, Bariloche no puede producir gran cantidad de ripio de calidad por la falta de canteras, por lo cual las reparaciones que se concretan no son duraderas.
Además, también están las calles de asfalto ya realizado (hechas ya sea en hormigón o en flexible), que tienen muchos años y que poco a poco se van deteriorando, por lo que requiere reparaciones continuas.
Para tal fin, el Gobierno Municipal constituyó el área de Mantenimiento Vial, que lleva adelante la tarea de bacheo en forma permanente, buscando ganarle la pulseada a cada pozo que paulatinamente aparece. Mientras que al mismo tiempo, las retroexcavadoras, por su persistentes pasadas, ya forman parte de la postal en los populosos barrios que tienen todos sus accesos de tierra.
Sabido es, que las obras de pavimento son las más caras para los municipios, más aún en el actual contexto económico nacional y ese es uno de los principales escollos con los que se encuentran los intendentes a la hora de mejorar las calles.
Sin embargo, la administración de Gustavo Gennuso ha puesto especial ahínco en este objetivo y ha conseguido repavimentar arterias importantes de la ciudad como Campichuelo, Fernández Beschtedt, Pasaje Gutiérrez, la colectora del kilómetro 13, el ingreso al barrio Las Victorias y Los Notros, entre otras.
A esas, se le suman las gestiones ante Nación y Provincia para asfaltar lugares claves. El último de ellos, fue el tramo de casi tres kilómetros correspondiente al ingreso a Colonia Suiza, un tradicional paseo utilizado masivamente por turistas y residentes y la avenida Bustillo (que está en ejecución), de singular relevancia.
Ahora, luego de la veda climática invernal, está proyectado pavimentar 500 metros de calle Emilio Morales en el barrio El Mallín, en el corazón de la ciudad y que ayudará cuantiosamente a la conectividad y a descomprimir otros accesos.
Por otra parte, se ha apelado al Sistema de Contribución por Mejoras, el cual se plantea en todos los municipios del país y es de suma relevancia, ya que los frentistas aportan la valorización de su propiedad a través de una obra pública y al mismo tiempo, se mantiene un fondo permanente para que se siga pavimentando.
En esa línea, Bariloche ha podido asfaltar varios sectores de la ciudad. Mientras que en otros, los vecinos han rechazado hacerlo, delegándole toda la responsabilidad al estado. Más allá de esto, la propuesta siempre está abierta a todos los barrios que estén interesados en llevarla adelante.
“Para iniciar un plan de pavimentación continuo que año tras año permita ganar cuadras y que además contemple la repavimentación de sectores muy deteriorados, se necesita de un Municipio ordenado que pueda afrontar el costo de tal tarea. Hemos crecido en eso, hoy tenemos una administración clara y transparente que nos permite encarar nuevos desafíos”, sostiene el intendente Gennuso.
El ambicioso plan de pavimentación y repavimentación que impulsa el jefe comunal, contempla más de 8 kilómetros de caminos y calles, por una inversión superior a los 1000 millones de pesos, e incluye arterias importantes al Este, al Sur, en el centro y en el Oeste de la ciudad.
Si bien el detalle exacto del proyecto está en su etapa final, las principales calles que se incluyeron allí son: Costanera, 20 de junio, España, Padre Monteverde, Charcao (en el barrio Frutillar), parte de la colectora de la Ruta 40, José Hernández (en El Cóndor) y un sector de la Ruta Provincial 79 que es estratégica para la conectividad en una zona de fuerte tránsito diario y en las temporadas de verano e invierno.
De no mediar inconvenientes, Gennuso prevé llamar a licitación lo antes posible para poder arrancar en septiembre, con un sistema que permitirá ir avanzando permanentemente año a año sin pausar esta renovación vial.
De concretarse, será un plan integral de asfaltado sin precedentes en los últimos 30 años de la historia contemporánea barilochense y que además de una mejor infraestructura vial, generará más trabajo a los habitantes de la ciudad más importante de la provincia.