Claro que podemos hacerlo, si queremos…
Cuando nuestras dirigencias, especialmente oficiales, se decidirán a tratar por lo menos, con una buena parte de los problemas que son infracciones evitables, en la planta urbana de nuestra ciudad?
No hay día, ni barrio, en que no nos encontremos con algún camión de gran tamaño, circulando sin problemas por el centro, y el resto tratando de salvar el pellejo como se pueda. Lo mismo con los colectivos de Turismo por donde se los imagine, especialmente en las horas de la madrugada, todo les es permitido.
Ejemplo aparte sin dudas el estacionamiento de costanera; siempre estaba lleno, repleto, basto que se normalizara con reformas y todo eso, para qué todos dispararan a la vereda de enfrente, que naturalmente termina desecha, arruinada a fondo, y se halla nada menos que a la vista de todo visitante que llega a nuestra ciudad, y encima se trata de un espacio público donde está absolutamente prohibido estacionar, y es parte componente -una parte de ella-,de nuestro único Monumento Nacional (¡!), de una belleza arquitectónica reconocida internacionalmente y acá destratado como pocos..
En la primera Gestión de la recuperada Democracia un excelente Secretario municipal, Arquitecto reconocido luego en el exterior, que tuvo importante repercusión también en trabajos en la remodelación del puerto de Buenos Aires en sus actividades de urbanismo moderno, propuso como solución feliz al problema del Tránsito y estacionamiento en Bariloche, con sus enormes problemas que ya causaba, realizar estacionamientos subterráneos en el centro de la ciudad.
Era entonces la primera mitad del ’80, un Bariloche donde aún se podía intentar de todo, menos seguir como estaba.
Obviamente no se hizo nada, como tampoco se atendió entonces la remodelación del Hospital local, que prácticamente se debía cerrar por el estado de abandono en que estaba; si, aserto, tampoco se hizo nada, porque la Consultora que lo planteaba previo estudio del caso -pago naturalmente-, había realizado obras en la Dictadura… aunque para entonces formaba parte del Gobierno de Alfonsín…
Podremos aprender de esos propios errores locales, y tratar de mejora un poco a Bariloche; pero, en serio?
El salvataje para todos vendría con el Plan Castello, mientras eso se renueve porque no intentamos con lo nuestro?
Por ejemplo, tareas que se pueden realizar a esfuerzo propio local, como las rotondas en barrios, especialmente salida de barrios a avenidas de mayor circulación, cruces internos, sin complejos urbanos raros: alguno seguro se acordara cunado comenzó el gran tránsito en Neuquén capital, al empezar a funcionar El Chocón?
Era un accidente seguido de otro, varios graves, en sus cruces sobre la ruta, mientras la dirigencia trazaba dibujos y dibujos como solución, hasta que un grupo tomo escombros de regular tamaño y “coloco” una rotonda con ellos… Se acabaron las muertes absurdas, y casi enseguida sí se comenzó la urbanización en serio…
Costará tanto en Bariloche hacer algo parecido en barrios y cruces internos con escombros nuestros?
