Bariloche, ¡a las obras, a las obras! (*)
Llegado a la mitad de los ’80, los que vivíamos en Bariloche y la apreciábamos sin interés de por medio, deberíamos decir a los que llegaron luego y hoy no entienden muchos como es posible que todos nos salga mal, o por lo menos torcido.
Y se han hecho cosas más tarde, es cierto, pero en aquellos años, con una dictadura agobiante, gestión municipal de facto, en tiempos de gran restricción de derechos civiles y políticos, etc. creemos recordar Bariloche apostaba a un destino mejor.
Y esto fuera de toda cuestión política; comenzado con una gestión local ordenada, limpieza urbana con aspiradoras en calles principales (Costanera, Mitre, etc.); intentos de organizar las fuerzas vivas en agrupaciones productivas y activa intervención de la Cámara de Comercio y otras entidades intermedias de reciente creación, etc.; hasta Proyectos de organismos mixtos bien pensados aunque mal realizados, hoy convertidos en meros entes burocráticos, o el abandono amoral de la enorme inversión hecha para el Centro de Convenciones abandonado a su suerte tras varios intentos en su contra, en claro muestra de ignorancia cívica inexcusable; pero, desde ellos y todas las criticas posibles, Bariloche salió a ganarse futuro, tanto turístico como productivo.
Se reunían cambiando ideas sobre tenas absolutamente desconocidos en nuestra región, como desarrollo industrial, tema ignorado y mal manejado que aún sigue pendiente, pese a la enorme mano de obra ociosa que genera nuestra ciudad, dependiente de una mono – economía insuficiente.
La Democracia recuperada en 1983, nos obsequió una enorme oportunidad cívica y claramente popular, hasta que a la ex UCR fuera tomada por las Coordinadoras, con la virtual extinción de quienes defendían la “Causa de los Desposeídos”; y ello ha sido contagioso, hoy se festejan las donaciones para el tradicional Pan Dulce comunitario hecho a esfuerzo tremendo de vecinos conocidos que lo entregan a instituciones carenciadas.
Muestra clara que la Beneficencia volvió por sus fueros mitigando a su manera la necesidad de vecinos necesitados, y nos preguntaos donde quedó la Justicia Social, que incluso diera nombre a un Partido Político más que conocido, Gobierno varias veces, y aun con representación oficial, donde alguno de sus representantes votan en contrario a leyes de asistencia social…
Sin dudas Bariloche cambió, cundo el descalabro del Cantegrill que derivara luego en Bariloche Center, quedaron lotes en costa del Nahuel Huapi hacía el Sur Este, y mas allá donde hoy es Dina Huapi, con escaso valor, y se cuidaba “la vista panorámica”, hoy ello se olvidó y “allá vamos”, en tanto el mercado inmobiliario de Bariloche esta entre los primeros del país, aunque territorialmente no haya cambiado mucho a favor, por el contrario cada vez se ven más errores absurdos en una ciudad privilegiada que el visitante observa enseguida, y los negocios especulativos incrementan aún más, a la par de la contaminación ambiental y un dislate urbano que, todos advierten, sin reacción adecuada.
Que frena la dirigencia empresaria y/o política a intentar ser cómo fuéramos, aunque sin dudas Bariloche da para mucho más.
(*) parafraseando a Ortega y Gasset