No es cuestión de coraje, si no sentido común
Nuestra ciudad por donde se mire está en refacciones, y donde ello no ocurre está cubierto con fuerzas de represión.
Por otra parte están las comunidades originarias molestando en las tierras de los inversores extranjeros que nos quieren más que los demás, y la reunión internacional del G-20 que traerán a varias visitas extranjeras, junto la suma acumulada de obras a medio hacer, si se puede llamar así al despilfarro oficial constante que nos hemos acostumbrado.
Mirando con un solo ojo, y un esfuerzo superior de resignación cívica está bien, entonces pongámonos “guapa”, como indicara en el muy sano -y caro- consejo de la Consultora española contratada cuando la primera fiebre del Centro de Congresos y Convenciones que aturdió a varios comerciantes de plaza embelesados con las proyecciones que soñaban y declamaban entre ellos, con muy poco conocimiento de lo que significa desarrollo urbano.
Hasta ahí, Ío sabemos de memoria, ahora bien, arreglar, aunque sea a la manera de nuestras tradiciones locales, a la histórica calle Mitre la van a arreglar, aunque sea para que la miren de lejos entre explicaciones y bromas de los responsables.
Ya por ejemplo están pintando rayas blancas y amarillas hasta por demás, en el centro y lugares por donde por ahí camine algún visitante despistado.
Lo que sería más que bueno, es que cundo se marchen, la misma dirigencia ponga a algún responsable de su mantenimiento, o sea, por ejemplo: la cinta interna de Bustillo se borra porque estaba demasiado rebajada la pintura, pintarla otra vez, y así en lo demás.
De calle Mitre, no vale opinar más porque ya lo hemos hecho hasta el cansancio, pero ni echándole el manto sagrado encima la hacemos parecer a los visitantes que vayan por ahí, les muestren o no les muestren el cartel famoso de estar ahí…, que se trate de una hermosa arteria principal, corazón del Turismo, etc.
No decirles tampoco que desde ella creció Bariloche, al empuje de sus pioneros, cuando todo era soledad y viento, porque vamos a aparecer como muy desagradecidos o todavía peor.
Casi hasta mejor sería dejarla cerrada con algún argumento válido como que se habría encontrado allí un escondrijo de Ben Ladem, porque en verdad, dijeron que lo abatieron los bravos de la armada en singular y desigual batalla pero constar creemos no le conste a nadie, ni lo vieron luego tampoco, y, por lo menos es más creíble que lo que dicen ver algunos dirigentes nacionales en nuestra zona, puestas a protegernos.
En fin tratemos de taparla como podamos esos días y luego de una buena vez ocuparnos sí con seriedad de la misma.
Y de otras muchas cuestiones que se nos están yendo de las manos a las dirigencias locales, y poco menos a nuestra Sociedad con posturas exaltadas que generalmente concluyen en constante resignación.
No es hora entonces que alguna Entidad local, más o menos importante, a la manera nuestra claro, llame a reunirnos y evaluar -junto a algún dirigente político que no esté muy ocupado-, cuanto vamos perdiendo por año viviendo en este estado de cosas, y no como viene la temporada, o inventar gravámenes disfrazados para zafar, hoy, porque a poco estamos en la misma.