Inmigrantes, hermanos todos.
En estos días celebró nuestra ciudad y el país, el Día del Inmigrante, Fiesta que había adquirido características de verdadero festejo; y, no siempre fue así en una Sociedad centralizada en el puerto porteño, que presiono siempre para el logro de una sociedad argentina diferente, la propia Constitución nacional de 1953 hace constar la necesidad de traer inmigrantes de origen europeo expresamente.
Y así ocurre en los primeros casos, principalmente en Entre Ríos y Santa Fe, con un Urquiza que además fundaba el Primer Colegio Nacional y la Primera Escuela Normal de Maestros integrando el proyecto.
Más tarde en el norte se trató de incorporar grupos familiares enteros, de tal manera que en algunos casos vino hasta el Pope o religioso responsable, en una Sociedad católica como la nuestra impuesta incluso como religión oficial, etc.
Aun todo ello se avanzó y mucho…
En la actual política oficial se ven retrocesos peligrosos al respecto, en especial, para países vecinos y/o suramericanos, entendidos a la manera absurda de algunos dirigentes, ni hablar para con los Pueblos Originarios, hoy tema principal en boca de dirigentes de muy alto nivel y escasa ética, que creemos sepa muy poco de ellos y de la historia real de la Argentina.
Así vimos sin respectarnos demasiado, llegar en una de sus primeras visitas a la Patagonia, al Ministro Esteban Bullrich, manifestar en favor de una Segunda Conquista del Desierto…
Mucho antes de hablarse del “peligro internacional” que constituye uno de estos pueblos atacados en estos días por cuanto funcionario y medios de comunicación partidario de éstos se escucha, insistimos, con un desconocimiento completo del tema.
Es más, cuando como consecuencias de las guerras europeas se expulsan migrantes de sus tierras, se ofreció y concedió créditos y tierras a migrantes franceses nacidos en países árabes liberados, en Misiones y otras provincias del Norte; lo mismo más tarde para con laosianos y otros huidos de las luchas de EE.UU. en sus tierras de origen.
Ni una sola, vez se pensó siquiera en hacer igual con migrantes vecinos que tenemos desde el origen de nuestros pueblos; por el contario muchas veces se los estigmatiza de errores propios, en nuestra zona con los chilenos, en el norte con Bolivianos y Paraguayos, etc.
El nuestro es un país de inmigración, integrado como pocos pese al esfuerzo contrario generado artificiosamente cuando la Generación del ’80 dominaba todo, y aparece la llamada migración criolla, que no era más que hijos de nuestras pampas tratadas de exterminar, como se lo había intentado con los aborígenes años antes; y nunca le prestó la atención debida, a sabiendas del conocimiento del problema.
Hasta no hace mucho empresas y familias inglesas colonizaban la Patagonia, siempre despoblad y tenida como “tierra maldita” a sabiendas de su enorme riqueza.
Rio Gallegos, capital de Santa Cruz, una de las provincias más grandes y llena de recursos del país, en 1970 ya conformada como Provincia registraba un 50% de población chilena, un 25% otros extranjeros, y el resto argentinos llegados de distintos lugres, peor aún era Tierra el Fuego.
A mitad del siglo pasado se creó el Paralelo 42 una inmensa zona aduanera “libre” favorecida, con más automotores que habitantes tenia, televisores cuando este servicio llegaba hasta La Plata, Heladeras para corriente alterna cuando en toda la Patagonia tenia corriente continua, etc. Acertó, excelente fomento del contrabando…
Nunca se intentó un desarrollo integral estas tierras abandonadas a la voracidad extranjera, con planes migratorios racionales.
Casualidad no pude ser, no todos los dirigentes nacionales son o han sido ignorantes de la situación nacional, Hoy con más razón hace falta abrir puertas a todos aquellos de buena voluntad que quieran habitar el suelo argentino…