Siempre, ¡Nunca Más!
Ningún argentino digno de serlo, puede tener intenciones a favor del olvido o desconocimiento del 24 de marzo de 1976 y sus terribles consecuencias para muchos que murieron victimas del genocidio derivado de sus acciones, y/o los que fuimos víctimas del mismo, y los que luchamos por una Argentina amplia y generosa, como soñaran sus fundadores, y los miles mas que lo dieran todo para ello, sin pensar en su propio beneficio.
Genocidios y matanzas absurdas ha habido desde los tiempos bíblicos, explicaciones cómplices también, aunque por detrás siempre aflora la ignorancia criminal, empujada por un odio de clases alimentado por una envidia congénita que acompaña a sus inspiradores, todo ello y mas, acompañando la rapiña a riquezas ajenas, abyección humana que no ha faltado jamás a esas expresiones barbarás y extrañas al ser humano como tal.
Entre nosotros también, lamentablemente
Aunque mucho aprendimos de tanto desastre institucionalizado, y mas todavía de la mano de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que conmovieran al mundo con su insistente reclamo: Ni olvido, ni perdón: Justicia.
Y aun más, nunca se pidió revancha, ni venganza.
Sin dudas, nuestro país ha sido otro, luego de ser llevados a la Justicia los hechos aberrantes de esa gestión, llegando a ser para otras Sociedades extranjeras ejemplo a seguir y utilizar en respeto a la propia justicia local que no puede llevar a juicio a sus presuntos delincuentes.
A las tonterías con que se ataco a este logro nacional, por figuras nacionales actuales, se sumo hace poco un presunto cambio de fecha recordatorio del inicuo suceso, agravio tratando de realizar a la manera de los delincuentes, la voluntad popular lo impidió.
Nuestro homenaje a la Justicia de entonces, en cabeza del Fiscal Strassera, a Ricardo Alfonsín, Néstor Kirchner y su ejemplar actitud entonces retirando cuadros de genocidas, sumándonos al Nunca Mas, que Argentina rescató para el mudo.