Este 24 de junio 2021, don Boris Furman, el hombre que dedicó su vida a concretar obras de bien, cumpliría 105 años.
Boris Furman nació en la ciudad de Santa Fe el 24 de junio de 1916. Hijo de inmigrantes de ascendencia judía, conoció la extrema pobreza en su propio hogar, condición que en vez de abatirlo lo impulsó a encontrar formas de ayudar al prójimo,
especialmente a los más humildes y necesitados.
A los 14 años Boris comenzó a trabajar como cadete en una sastrería. Dos años después era ayudante de vendedor y a los 18, vendedor al fin, oficio que hizo que se trasladara a Paraná con el propósito de comercializar insumos para sastres. Poco tiempo después decidió probar suerte en Buenos Aires y su esfuerzo y dedicación le permitieron alquilar su primer local en la calle Alsina al 1300 de la Capital Federal.
Fue en los años 70 cuando Boris decidió viajar a San Carlos de Bariloche junto a su entrañable amigo, Raúl Méndez, con quien ascendió hasta la cima del Cerro Otto.
Maravillado con el paisaje decidió emprender las gestiones necesarias para obtener los permisos que le permitieran construir un complejo al que se accediera a través de
un moderno teleférico.
En 1974 el sueño era una realidad: Teleférico Cerro Otto, a 1405 metros de altura s.n.m. para poder disfrutar, ante todo, de la majestuosidad del paisaje del Parque Nacional Nahuel Huapi y luego, con el tiempo, también de actividades recreacionales y
de dos obras magníficas por sí mismas como la Confitería Giratoria y la Galería de Arte, en la que se exponen calcos exactos, en tamaño real, de las obras culmines del artista italiano Miguel Angel Buonarroti: El David, La Piedad y El Moisés.
Seis años más tarde, una vez recuperada su inversión, en vez de acumular ganancias, Boris decidió constituir la Fundación Sara María Furman, en honor a su madre y a su hermana, y desde 1980 el total de las utilidades generadas por la
excursión, son destinadas a obras de bien.
Justamente por ese espíritu solidario que acompañó a Furman desde la cuna, a través del ejemplo de su madre Sara y de su hermana María, desde el Consejo de Administración de la Fundación se puede afirmar que el slogan que refleja su objetivo
en esta vida es “Complejo Turístico Teleférico Cerro Otto…. donde el placer tiene
un fin solidario!!!”.
Ya en esos tiempos el objetivo que anunciaba Furman, era distinto a lo conocido: “Cerro Otto: una sociedad comercial distinta con una meta diferente…”. Y la historia y el presente, así lo demuestran.
Lamentablemente Boris falleció el 13 de abril de 2007. Sin embargo su legado permanece como enseñanza de vida para quienes en todos los tiempos integraron e integran el equipo de trabajo de la Fundación Sara María Furman y del complejo
turístico propiamente dicho, por citar su obra más emblemática y de la que salen los recursos que son donados a entidades de bien público: 50 % a la Asociación Cooperadora del Hospital Zonal de Bariloche y 50 % restante a dos entidades con fines sociales de la comunidad judía de Buenos Aires: la Fundación Nuevo Hogar y Centro de Ancianos LeDorVaDor y la Asociación Civil Ory para niños con discapacidad.
Boris murió siendo un hombre de una sencillez y humildad poco frecuente. Hubiese tenido que ser merecedor de muchos más reconocimientos y homenajes y desde distintos sectores, por su compromiso social y por su genuina filantropía, que no alcanza a comprenderse si no es a través de los actos. Pero Boris nunca los buscó ni
promovió porque así era él, un hombre de perfil bajo, de palabra y de hacer antes que hablar. Fue recién en 2016 cuando mereció un reconocimiento justo. La Legislatura de Río Negro, en Sesión Ordinaria del 1ro de junio de ese año, por unanimidad de los presentes, aprobó la Declaración N° 104 – 2016 que considera “de interés social,
cultural y turístico las actividades desarrolladas en beneficio de la comunidad y el fortalecimiento del turismo, por la Fundación Sara María Furman con sede en la ciudad
de San Carlos de Bariloche, en reconocimiento a su creador Boris Furman”.
En este nuevo aniversario, a 105 años de su nacimiento, desde la Fundación Sara María Furman y en nombre de quienes conforman el equipo de trabajo que conduce su Presidente, el Sr. Oscar Borrelli, se lo recuerda y se le rinde respetuoso homenaje a
a ese inmenso hombre de bien quien, si estuviese con vida y más aún en el actual contexto de pandemia, no existe duda alguna que estaría pensando de qué manera poder colaborar con el sistema sanitario público y con los vecinos más desprotegidos.
(Prensa CTTCO 24/06/21)