Del maltrato al amor de una familia

Compartir:

El pasado miércoles fue un día de celebración en la Dirección de Sanidad Animal. Después de semanas de recuperación, mimos y mucha dedicación, Beto, un perrito mestizo que había llegado en muy malas condiciones producto de una situación de maltrato, fue adoptado por una familia que lo eligió para siempre.

Beto ingresó al área junto a Zoe y Alaska, otros dos perros que, como él, necesitaban atención urgente. Los tres fueron rescatados tras una denuncia y recibidos por el equipo de Sanidad Animal con el mismo compromiso de siempre: salvar vidas y dar segundas oportunidades.

Desde el primer momento, se activó el protocolo de recuperación. Se los vacunó contra la rabia, se los desparasitó, se los castró y se hizo un seguimiento nutricional que permitió que, en pocas semanas, su condición corporal comenzara a mejorar visiblemente. El equipo veterinario y los trabajadores de caniles estuvieron al lado de ellos cada día, no sólo para garantizar su salud física, sino también para acompañarlos en su socialización, ayudándolos a recuperar la confianza que habían perdido.

Y los resultados comenzaron a llegar: los análisis de sangre dieron perfectos, los kilos comenzaron a subir y lo más importante, empezaron a mirar a los humanos con otros ojos.

Fue entonces cuando apareció Tamara, a través de la Fundación Red Canina. Con muchas ganas de adoptar y cambiar una vida, completó el formulario de preadopción y comenzó el proceso de vinculación. Al principio, cuenta riendo, era Beto quien la sacaba a pasear a ella. Pero pronto, con la compañía de su hijo, los paseos se transformaron en momentos compartidos, en risas, en juegos… en familia.

Un sábado otoñal, fresco y gris, fue el punto de inflexión: Beto ya no miraba atrás. Por primera vez, se sentía parte de algo propio. Y así, luego de la visita domiciliaria correspondiente por parte del equipo de inspección, hoy se concretó la adopción. Beto fue llevado a su nuevo hogar entre emociones compartidas, lamidas agradecidas y muchas sonrisas.

Pero la historia no termina aquí. Mañana será el turno de Zoe, quien también encontró una familia que la espera con los brazos abiertos. Y Alaska, sigue su camino de recuperación… aunque a ella la espera un camino distinto que pronto contaremos más detalles.

Estas historias nos recuerdan que detrás de cada adopción hay un trabajo silencioso pero inmenso. Que cada animal que llega a Sanidad Animal no sólo recibe atención médica, sino contención, afecto y la oportunidad de empezar de nuevo. Y que adoptar no sólo transforma la vida de un perro, sino la de toda una familia.

Si vos también querés sumar amor a tu casa, podés comunicarte con la Dirección de Sanidad Animal al mail: sanidadmunibariloche@gmail.com

Porque adoptar es, sin dudas, un acto de amor.

Compartir: