Pareciera que no entendemos más, aún no teníamos los números exactos del resultado electoral, y el dólar cotizaba como se le antojaba al sector dominante, como ha sido habitual en todo este proceso y cuanto han recorrido los intereses nacionales, desde que la moneda de Estados Unidos utilizada para hacer política entre mostros, sin que el ciudadano solo y suelto en el campo electoral, social o laboral siquiera pueda hacer algo, pretenda intervenir.
Nos parece más un negocio financiero, que la más importante discusión pública que pueda realizar el ciudadano.
Seguramente los resultados, una vez analizados más o menos como podemos hacerlo desde acá, tendríamos que tener todos, un poco más de sentido común del utilizado hasta ahora, dejarnos del dramatismo fingido especialmente por quienes, decían que no sabían cómo venía la mano, o no debían haberse presentado a elecciones; lo cierto es que la situación esta como esta y no la vamos arreglar con discursitos más o menos entendibles; Bariloche está lejos de todo eso, y todo nos encuentra mas o menos como antes de la elección, que golpeo también a todos, se reconozca o no; ahora, cómo seguir sin que el daño sea peor?
Algunos decían ver venir tormentas, trepadas difíciles, y otros inconvenientes propios de películas baratas de misterio; algunas de ellas se hicieron ciertas a poco de concluir las elecciones, y nadie señala errores y mucho menos los asume.
En el gran escenario nacional, racionalmente en calma, pese a la situación difícil que se vive, y las torpezas oficiales, incluso las más recientes buscando” camorra” como decíamos en el barrio, echando la culpa al otro, todos los que deberían dar respuesta miran hacia otro lado.
Hasta el “gurú” presidencial, citado y admirado varias veces por funcionarios importantes de esta gestión como una nueva versión de Goebels, se fue sin despedirse; pero, todo eso está lejos de nuestro alcance, menos como para enderezar rumbos,
En cambio, entendemos es hora la dirigencia, ya política, empresarial y social, se reencuentre consigo misma y con las Sociedades intermedias que viven acá.
Hay mucho, por hacerse aun y para adelante aún más, si nos asumimos juntos todos, sin tratar de sacar ventajas, por ahí no resulta tan malo, aun para quienes lleguen detrás.
Situaciones así han sido comunes y repetidas en nuestra sociedad, por que dejar pasar la experiencia que hay al respecto y hacerlo con la mayor amplitud del poco entendimiento que nos queda, tras un error y otro repetidos cíclicamente.
En lo nacional, tenemos hoy el mal ejemplo oficial del propio Presidente y sus asesores, corregido y repetido nuevamente.
Recordemos a Alfonsín, que no termino bien, pero nos dejó Chaiten, una nueva ciudad patagónica en sostenido crecimiento.
Tenemos la suerte de vivir en una ciudad nueva, aunque con muchos
años, sin desarrollar, y el ejemplo de vecinos destacados que con mucho menos hicieran todo esto, si nos animamos a imitarlos.