“Aguas Claras”, buen viaje y hasta siempre, le desean en su muro los amigos del mundo que exploraron las aguas de la región con el buzo Diego Cianis, “Aguas Claras” para una dolorosa y prematura partida. Diego falleció súbitamente de paro cardiaco masivo la tarde de este 25 de diciembre de 2016.
Impulsó el emprendimiento ArumCo buceo desde el año 1995 y desde entonces cientos de habitantes de la ciudad se iniciaron con él en esta práctica deportiva. En la escuela siempre había lugar para jóvenes y grandes, barilochenses y visitantes para aprender, organizar salidas y también para iniciar acciones como limpiezas de los lagos y ríos de la región. También otras como fue en algún momento la comunidad de la Segunda Angostura que se reunía en su salón de la calle 20 de febrero o los inicios de la ATAP asociación que congrega a los prestadores de turismo activo de la Patagonia. Los últimos años, la escuela de buceo estaba instalada en Playa Bonita y sumó kayaks proponiendo actividades acuáticas al alcance de todos.
Diego Cianis fue paracaidista, piloto y finalmente buzo, la historia familiar atravesada por el genocidio de la dictadura militar lo trajo al sur con su familia, en busca de un nuevo comienzo. Hizo paracaidismo en Neuquén en los años ochenta, con unos paracaídas de la segunda guerra que lejos estaban de las normas de seguridad y materiales actuales, en esa época perdió a varios amigos pero los que quedaron, lo hicieron para siempre. Con dos de ellos comenzó a bucear en el club de Cipolletti, primero deportiva y en seguida profesionalmente, haciendo trabajos en algunas de las represas de la zona, algunas temporadas como marisquero cerca de San Antonio Oeste. Más tarde decidió armar una pequeña escuela de buceo en villa El Chocón, donde un grupo de jóvenes se entusiasmaron con la actividad. Al tiempo se trasladó a Bariloche donde vivió desde entonces.
Vivió sus últimos años con su compañera de vida, viajando, buceando y cultivando una huerta que siempre había querido. Muy cerca de sus hijas, nietos, hermanos, familiares y amigos queridos, que siempre contaban con él. Se preparaba para empezar una temporada de verano con entusiasmo y también con preocupación por la situación del país.
Como hija, no sé cómo entender que te hayas ido. Que tu corazón haya dicho basta. Que el sábado hayamos hecho una cena para festejar que nos queremos, pensando en proyectos para el verano y el otoño. Que estabas haciendo la huerta que siempre quisiste y esa pared roja de frutillas que tanto placer nos daba a todos.
Sueños proyectos y dilemas que nada vislumbraban tu tan pronta partida. Sabíamos que tu corazón estaba lastimado, mil veces lastimado por cosas tremendas de la vida y la historia, y que siempre se armaba para ayudar a otros con dramas más urgentes. Sabíamos que dolía secretamente y siempre queríamos alegrarlo con las cosas pequeñas de cada día. Y a veces funcionaba, y a veces se caía como se derrumba una ciudad con todo ese dolor concentrado.
Que hoy nos arrebata los días porvenir.
Sus cenizas fueron arrojadas en el Arroyo La Angostura en Circuito Chico
Martina Cianis.