Incluso para irse, Diego Armando Maradona, uno de los argentinos más notables de su tiempo, en cualquiera de los aspectos que se lo quiera analizar, falleció poco menos en soledad y rodeado de todos.
Incluso el mismo día que otro personaje hecho para la Historia Fidel Castro, uno de sus líderes más admirados.
Con 60 años recién cumplidos, concluyó una vida que podríamos decir hecha para la literatura, nacido en barrio de esa humildad extrema que caracteriza lamentablemente a tantos en nuestro país, comenzó a sobresalir en base a su extraordinaria habilidad con el deporte mas popular de nuestro país, el fútbol. Podríamos preguntarnos ¿cuántos chicos como él lo intentan y algunos con más posibilidades?
Pues el destino lo había señalado a él y fue un éxito total. En su país y en cualquiera de los demás en que vivió, incluida la selección nacional, registrando hazañas deportivas para el recuerdo en todas partes. Pero no fue esa sola su característica, no ocultó nunca sus sentimientos en favor de los desposeídos como él y los suyos, y sus expresiones en contra de los poderosos equivocados siempre en favor del interés propio, las tuvo con voz segura criticando desigualdades, en apoyo de quienes menos tenían. Y ni una sola vez, se lo encontró creyéndose mas que otros, por estar accidentalmente sobre una piedra, cuando el río de la vida corría bajo sus pies.
Un ejemplo de vida humana, elaborada desde poco menos que nada a favor, logro acceso y reconocimiento en todos los niveles a que aspira el común de los nuestros y todavía mas como ocurriera con el Papa, religión en que fue educado, o dirigentes de máxima representación mundial.
El dolor tomó a toda nuestra Sociedad en plena pandemia, pero no hubo que convocar nadie para que toda la Sociedad saliera a expresar su admiración y duelo en síntesis que solo Maradona pudo lograr.
Nuestro homenaje a quien seguramente ingreso por la puerta grande del recuerdo fraternal de los argentinos.