La ciudad recibió con los brazos abiertos a miles de turistas que llegaron para vivir un finde largo diferente, cargadas de magia, dulzura y momentos únicos. La Fiesta del Chocolate, un clásico que crece año a año, ya se instaló como la estrella de este fin de semana largo.
Desde el arranque del feriado, la postal es clara: familias enteras y grupos de amigos colman el Centro Cívico y la calle Mitre, corazón de esta celebración, que se convirtió en el escenario perfecto para disfrutar, reír y, por supuesto, probar chocolate en todas sus formas.
La ciudad se vistió de fiesta y el clima acompañó: solcito otoñal, sonrisas por doquier y ese olorcito a chocolate que flota en el aire y despierta los sentidos. Todo está pensado para que grandes y chsicos se maravillen con las propuestas: maquillaje artístico, juegos, inflables gigantes, música, espectáculos y muchas, muchas fotos.
La Plaza Recreativa, organizada por Deportes de la Municipalidad, fue furor entre los más peques. El yenga gigante, el inflable enorme y las actividades lúdicas mantuvieron en movimiento a cientos de chicos mientras los adultos aprovechaban para relajarse y disfrutar del entorno.
Otro clásico irresistible fue la Casa del Conejo, ese rincón mágico donde las familias se sacan la infaltable foto con el personaje más querido de la Pascua. Son momentos que se atesoran en la memoria y en los álbumes. A esto se sumó el encantador Paseo del Chocolate, ideal para saborear y descubrir delicias.


