Si empezamos por el principio, un mercado municipal creemos debe haber existido en toda ciudad del país que comenzó a crecer para desarrollarse, y millones de otros ejemplos en el mundo; en otras palabras, nunca ha sido tarea imposible.
Y acá, creemos aun no nos damos cuenta que no todas las acciones se llevan adelante para ganar dinero, en especial las vinculadas a la Comunidad. En general salvo las sectas religiosas muy cerradas, realizan esas políticas; las demás
satisfacen necesidades compartidas y para que quienes ayuden a realizarlas, ganen algún dinero, no exagerado tampoco, porque se coloca fuera del sistema.
Bien, en Bariloche, aquel que comenzara a desarrollarse a “ponchazo limpio”, porque planes creemos nunca los hubo, salvo el reparto de tierras originarias donde poco menos se privilegiara por raza, planes hacia un desarrollo futuro, poco y nada.
Por eso, sería bueno atender algunas fechas: en 1940, plena 2da. Guerra mundial, recién inaugurados el imponente Hotel Llao Llao, destruido por un incendio y vuelto a construirse enseguida y el Centro Cívico, hermoso y admirado, no había mucho más. Así, se inaugura el Mercado Comunitario Bariloche, en 1943 “con capacidad para 26 puestos y albergaba a pequeños productores de carnes, frutas y verduras, quesos, huevos, leche y embutidos, entre otros, alentando la producción y el trabajo, orientado al consumo y a la producción social”.
Y funcionó de maravillas todos los que vivieran esos años en Bariloche, lo recuerdan como algo fundamental en su existencia, con cariño real del vecino hacia la Sociedad en que vivió. Sin embargo, en 1976 se cierra el Mercado Municipal, disponiéndose la demolición del edificio (¿?) para construir uno nuevo de cuatro plantas…y con un moñito en la puerta, aunque esto último no sabemos conste en la disposición.
Aunque podríamos decir que si comienza la mala práctica local de romper, demoler lo que nos desagrade o moleste intereses en conflicto, y darnos luego a pensar en su reemplazo, planes serios a realizar, ni en broma.
Ahora en plena convulsión mundial, cuarentena incluida, con un Mercado Municipal, diríamos excelente que no se sabe hacer funcionar, Con un conflicto incluso entre autoridades locales, donde seguramente todos tengan buenas razones, pero, Plan, Plan, seguro no hay.
Por ello, reiteramos una propuesta nuestra: un transporte para clientes, con viajes determinados por día, que lleve y traiga consumidores de un lugar determinado en favor de clientes, y no insistir en mártires que recorran Bariloche arrastrado sus penas y sus bolsos por una mínima diferencia de precio.
También se ve muy buena la idea de un sistema cooperativo o de Sociedad de Estado con participación municipal y grupos económicos vinculados a la producción; y por qué no, alguna sucursal y/o Ferias Francas en nuestro extenso Ejido. En fin, organizarlo para que funcione y no solo para una buena idea política.