Por temor a contagiarse en el centro de salud o en el vacunatorio, dificultades para trasladarse o debido a mensajes poco claros desde el sistema de salud, los padres han dejado de llevar a los niños a las consultas, con el riesgo que ello implica en la salud de los más pequeños.
.Según un relevamiento realizado en el mes de mayo ’20 en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) por el Observatorio de la Deuda Social Argentina (OSDA) de la UCA, un 22% de los hogares demoró la vacunación de sus niños y un 44% postergó la visita de control preventiva de al menos uno de los niños/as a causa de la cuarentena[1].
.También los pediatras detectan abandono temprano de la lactancia materna y alimentación complementaria inoportuna en los menores de un año, inadecuado acompañamiento a las familias en las etapas madurativas del niño y diagnóstico tardío de patologías, que con controles de rutina pueden ser detectadas precozmente.
. Desde la Sociedad Argentina de Pediatría, afirman que están generadas las condiciones para una ‘consulta pediátrica segura’ y advierten sobre la desatención a los derechos del niño.